Y por si estos factores no se rizaran solitos, ahí va otro más: espacios independientes. Sí, sí, soñamos con esconder dónde sea y cómo sea el inodoro. Oye, es como si no esperásemos ver uno cuando entramos en el baño. Y eso que los de ahora tienen lavado y secado.
El problema es que separar ese antiestético elemento de la ducha y el lavabo implica levantar muretes. Y éstos siempre cuadran bien sobre el papel - aunque solo dispongas de 4 tristes m². Pero ay, ¡cuánto cambia la cosa cuando te presentan el proyecto en 3D!. Entonces sabes lo que siente tu hamster cuando le llenas de jaula de pasadizos.
Eso es lo que me pasó cuando abordé la construcción de una segunda vivienda y entre mis requisitos estaba el dichoso baño con espacios independientes. Sobre plano, oye, ideal. Todo ordenadito y limpito. Entonces, el arquitecto, emocionado por estar a la última, me presentó la realidad (virtual): un pasillo con una hilera de huecos acotados por muros. Es verdad, había cumplido la premisa de todo-independiente - y encajonado, añadiría yo.
Además, había puesto tanto empeño en satisfacerme que, como daño colateral, la cocina resultó ser la gran sacrificada. Quedó reducida a la mínima expresión y con una forma un tanto irregular y complicada de amueblar.
Así que decidí sacar rendimiento a uno de mis (muchos) hobbies: imaginar distribuciones alternativas en los planos - sí, sí, lo sé, es un hobby rarito donde los haya, pero no te imaginas cuánto disfruto cada vez que una revista incluye en su artículo el plano de la casa. ¿Resultado?: un precioso trapecio
Con esta nueva distribución, al entrar en el baño ves, de frente, un lavabo volado con un gran espejo, y a la derecha, un enorme cuadro que encontró aquí su refugio ya que otros miembros de la familia no supieron apreciar el tema del óleo - si te lo preguntas, sí, lo pinté yo:-)
Además, conseguí dos objetivos más: a) una cocina mucho más amplia y regular (dentro de su irregularidad) y b) menos costes al requerir menos puertas.
Los revestimientos son otra de las claves de este baño. Sin renunciar a un par de paredes simplemente enyesadas, el resto del espacio luce la misma cerámica en paredes y suelos. Es un recurso decorativo que hace que el baño parezca mucho mayor porque difumina los límites entre suelo y pared. Esto, combinado con el uso de colores claros, garantiza un baño luminoso y con aspecto limpio (algo irrenunciable en una zona como ésta).
La calidez la aportan el bajolavabo de madera reciclada y la cerámica que imita madera decapada - y por supuesto, el denostado cuadro.
la pared donde se sitúa el espejo la pinté yo misma con estuco gris, una técnica fácil de aplicar. El lavabo, la grifería y la puerta corredera son de Leroy Merlin
la encimera está hecha con un tablón reciclado de una obra. Dado que era más estrecho de lo que necesitaba, un carpintero local le añadió una extensión sacada del mismo tablón
al ser una vivienda que usamos poco, una cesta en el alféizar contiene los productos de cortesía que podemos necesitar
y en el suelo, en una cesta de Zara Home guardámos el papel higiénico y alguna toalla extra.
Photos and project: Whendesignworks/decor&links
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