Gracias a las vacaciones de verano he podido por fin terminar mi último proyecto. Lo llevaba entre manos desde hacía demasiado tiempo y ya tocaba. En uno de mis paseos por las tiendas de caridad de mi barrio, vi esta cómoda de madera sólida que necesitaba una reforma urgente. ¡Fue toda una ganga, 15 libras! Una vez en casa y con la ayuda de Pinterest, decidí lijar la parte superior y ver qué tal quedaba. La madera estaba en muy buen estado y, sin el barniz, se veía mucho más natural. Así que con un poco de tinte, le di un acabado más oscuro y listo. El resto lo pinté en esmalte blanco semi-mate que tenía por casa tras darle dos pasadas de imprimación.
Como os dije en otra entrada, ?el que se equivoca, aprende?. Hace unos años pinté una cajonera y con la ilusión, pinté todo el cajón, incluyendo los raíles. Claro, como os podréis imaginar, ya no se abren ni cierran con tanta facilidad y se quedan enganchados. Así que os recomiendo dejarlos sin pintar. Para facilitarme el trabajo, puse cinta de pintor alrededor del cajón y así pude pintar la parte frontal sin miedo. Los pomos son una combinación de Ikea y los tres más pequeños, que venían con la cómoda, pintados con pintura negra mate para metal.
La combinación de madera y blanco queda muy bien; ahora a ver si no se ensucia mucho. Esta cómoda me la quedo de recuerdo, al menos de momento.
Lirios
Cómoda: antes
Cómoda: después
Después
Después
Después