Dentro de esta teoría, el dormitorio es sinónimo de descanso, por lo que la colocación de la cama puede afectar directamente a nuestra recuperación física y mental. En Conforama sabemos lo importante que es esto, y por eso queremos darte los mejores consejos para que vuestro dormitorio sea un lugar donde relajarse y recargar la energía.
A la hora de colocar la cama dentro de tu dormitorio, puedes guiarte según los puntos cardinales. No hay uno mejor que otro, sino que depende del efecto que quiera conseguir cada persona. La orientación de los pies puede ser:
- Norte: para descansar mejor nuestra parte física.
- Sur: para tener un sueño más espiritual.
- Este: ayuda a madrugar con más animo.
- Oeste: ayuda a caer dormido antes.
Además de la orientación, se puede tener en cuenta la distribución. Dentro del feng shui, el descanso se encuentra ligado a la protección. Si no nos sentimos seguros, no conseguiremos nunca tener un sueño reparador. Por eso, por ejemplo, las puertas y las ventanas no deben salir del campo de visión cuando se está tumbado en la cama.
¡Te contamos todo lo que debes tener en cuenta para conseguir un dormitorio en armonía!
1. No colocar el cabecero de la cama bajo una ventana. Esto rompe el equilibrio y fomenta un ambiente de inseguridad. Si no hay más remedio, es recomendable utilizar unas buena cortinas que cubran los cristales.
2. No poner espejos en la pared de la cama. Está relacionado con la mala suerte dentro del matrimonio. Si utilizas bien un espejo, puede ayudarte a repartir la buena energía por la casa. Dentro de la habitación, se recomienda ponerlos en los armarios o en una pared donde no se refleje directamente la cama.
3. Los pies no pueden orientarse hacia la puerta. La energía que entra por la puerta chocaría directamente con la persona. El resultado es igual a si durmiera fuera de la habitación a la vista de todo el mundo. Esto es algo muy incómodo que le impediría descansar plenamente. Si no hay otra forma de colocar la cama, sería conveniente poner un pie de cama que haga de barrera.
4. La puerta no debe estar a espaldas de la cama. Puede ser perturbador pensar que alguien te pueda sorprender por detrás. El motivo es el mismo por el que no debes dormir debajo de una ventana, es por la sensación de inseguridad que no te dejará descansar.
5. La cama no puede estar en medio del dormitorio. Da la sensación de que la cama flota. Esta debe apoyarse siempre sobre una pared, de lo contrario generaría un efecto de inestabilidad y rompería la armonía de la habitación.
6. No puede interponerse entre la ventana y la puerta. La energía fluye atravesando puertas y ventanas. Si la cama está entre ambas, cortará ese flujo, lo que puede generar inestabilidad sobre la persona que duerme sobre ella.
7. No colgar nada sobre la cama. No es conveniente colocar objetos pesados sobre el techo o la pared, ya sea un adorno o, incluso, la lámpara. En el feng shui no tienen cabida, así que deshazte de ellos. Si es irremediable cambiar el punto de luz, opta por lámparas más ligeras a base de papel y siempre redondeadas.
Un buen ejemplo de cómo debemos colocar la cama según el feng shui lo vemos en esta imagen. No pueden faltar un cabecero y dos mesillas que aporten firmeza. También es importante que se pueda acceder por ambos lados y que sea el cabecero el que se apoye sobre la pared. La ventana está cerca, pero no está enfrentada con la puerta y las lámparas cuelgan del techo, pero salen de la superficie la cama. Además, una decoración en tonos suaves que dé prioridad a la luz natural ayuda a conseguir el equilibrio perfecto.
La distribución del dormitorio ayuda a descansar mejor, pero tampoco nos podemos olvidar de la importancia de dormir sobre un buen colchón. El feng shui apuesta por los materiales naturales como el algodón, la lana o látex natural, pero también debemos prestar atención a otros detalles para asegurarnos de su comodidad. En nuestras tiendas encontrarás una amplia gama de colchones.
Para acertar con tu colchón deberás tener en cuenta:
- ¿Cómo duermes? Si la respuesta es boca arriba, lo ideal para ti es un colchón duro. En cambio, si duermes de lado, es aconsejable uno de menor firmeza.
- ¿Cuál es tu peso? Cuanto más peses, mayor firmeza deberá tener el colchón para no hundirte.
- ¿Te mueves cuando duermes? Si por la noche no paras, lo mejor es dormir sobre un colchón duro, ya que en uno más blando te costaría mucho cambiar de posición.
- ¿Eres caluroso? Si la respuesta es sí, te vendría mejor un colchón de muelles, porque son más frescos que los de látex, espuma o viscoelástica. Esto últimos son recomendados para personas más frioleras.
Ya sabes cómo tienes que colocar la cama y qué colchón debes elegir para tener un descanso garantizado. Te esperamos en Conforama donde encontrarás todo lo que necesitas para tener un dormitorio perfecto.