Para empezar aconsejo que en el mismo momento de hacer la fotografía tomar la decisión de si verdaderamente la imagen va a tener algún valor, o es prescindible y merece la pena repetirla si se puede. Esa primera criba inmediata es mucho mas fácil que incluso hasta si se hace días después porque la inmediatez del momento evita la sobrecarga emocional que proporciona el tiempo.
Si las fotos son de móvil entonces es conveniente tener una aplicación que permita pasar las fotos directamente a la nube, y poder borrarlas del smartphone. Yo utilizo Dropbox (pero hay otras como Googledrive), las fotos se cargan en una carpeta genérica y de ahí voy moviéndolas a las subcarpetas que he creado con dos criterios, temporal (por ejemplo Navidad 2016 o viaje a Amsterdam), y personal (Primos, hermanos, Sofia, Ismael etc), primado siempre el criterio temporal, es decir si tengo una foto de mis hijos juntos en Navidad y tengo ese archivo creado específicamente la incluyo ahi. Y después hago un álbum impreso desde el propio movil con las carpetas temporales que son las más acotadas en numero y se puede hacer una selección de forma más rápida.
Con respecto a las fotografías impresas, probablemente es más complicado porque serán antiguas, aun así conviene hacer el esfuerzo de clasificarlas e incluso tirar las que no tengan un valor ni sentimental ni estético: fotografías de las que hay varias hechas el mismo día, en el que aparecen las mismas personas pero una fotos está quemada, o borrosa, o nadie sale favorecido, se debe desechar. Para guardarlas clasificarlas de igual forma que las de la nube, bien en álbumes, o en cajas.
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