Limpiando cayó en mis manos esta caja de pinturas. Mientras pensaba si quemarla en la chimenea o tirarla a la basura, se me iluminó una bombilla: Podría convertirla en una bonita bandeja! A veces me cuesta ver lo obvio, pero la parte de abajo de esta caja se ofrece realmente para convertirse en una bandeja decorativa.
A punto de terminar en el vertedero, desmonté todos los anclajes y tiradores, quedando así:
Como véis había marcas de los enganches. Pasé una lija de grano medio para dejar la caja lo más lisa posible.
Una vez lijada (tampoco hay que dejarse los dedos, ahí, le di una pasadita), rellené los agujeros con reparador de madera color nogal, porque ese es el color que más me gusta para esta bandeja.
Una vez seco el reparador (media horita), volví a pasar la lija para atenuar las manchas de éste, porque no estaba segura si la cera de color nogal que había elegido lo taparía completamente.
Ahora toca quitar el polvo con un trapo seco, dando paso al gran momento: Aplicar la cera!!
Normalmente se aplica con brocha, pero yo la apliqué con los dedos.
Ya empieza a tener otro aspecto, verdad? Hay que dejar secar la cera. Una vez que esté seca, por fin podemos proceder a pulirla con un trapo (o un trozo de camiseta vieja, por ejemplo).
Si pulimos bien, la cera se quedará adherida de manera muy uniforme y nos ofrecerá ese precioso brillo que buscamos.