Hay veces que caen en nuestras manos muebles viejos que nos llaman la atención de una forma especial. Puede que sean piezas abandonadas en un chamarilero a las que ya nadie concede ningún valor. O puede que estén muy anticuadas o que su aspecto sea un desastre por estar viejas y deterioradas. Sin embargo, hay algo que nos dice que tienen posibilidades. Eso es lo que nos enseña el proyecto DIY que te mostramos hoy: que reciclar una mesilla de noche con chalk paint es posible y, además, fácil.
Y es que, aunque parezca demasiado complicado como para intentarlo si quiera, se puede dar una segunda oportunidad a piezas que parecen destinadas sin más remedio al contenedor… ¡y solo con un poco de pintura!
Reciclar una mesilla de noche paso a paso
Esta mesilla de noche era uno de los muchos muebles de los años 70 que podemos encontrarnos por ahí, en un contenedor o en cualquier desembalaje. No parecía tener ya ningún valor. Estaba fea y estropeada. Sin embargo, no había perdido del todo su encanto. En Recycrafts supieron verlo y la devolvieron a la vida.
Quizá fueron sus patas rectas o los cajones que estaban inclinados de una forma muy original. O puede que su aire vintage. El caso es que algo indicaba que merecía la pena intentarlo. Aquí tienes el resultado.
Un trabajo sencillo y resultón
Para reciclar una mesilla de noche como esta necesitarás algunos materiales sencillos:
– Chalk paint de color blanco
– Chalk paint de color azul
– Decapante para madera
– Cera incolora para muebles
– Papel de lija de grano fino
– Cinta de pintor
– Papel pintado
– Cola de carpintero o un adhesivo multiusos
– 2 tiradores (puedes utilizar los que tenía la mesilla o ponerle unos nuevos. Tú decides)
– Trapo de algodón
También te harán falta algunas herramientas:
– Lana de acero
– Lijadora eléctrica
– Tensor de cinta
– Brocha plana ancha
– Brocha plana estrecha
– Brocha redonda
– Tijeras
– Destornillador
– Tenazas
– Martillo
Este era el aspecto de la mesilla antes de empezar el proceso de restauración. La madera estaba barnizada al modo en que se hacía en los 70, con un barniz de poliuretano que le daba ese brillo tan estridente y poco atractivo.
PASO 1. Lo primero que hay que hacer es limpiar a fondo la pieza, primero con un trapo mojado en agua y jabón. Como se quería dejar algunas partes sin pintar (las patas y las molduras) se usó decapante para retirar el barniz viejo. Aplica el decapante, frota con lana de acero y deja actuar el tiempo que indique el fabricante, retirándolo después.
PASO 2. Después se quitó el listón de madera que remataba la mesilla con un martillo y también los tiradores viejos con ayuda de las tenazas.
PASO 3. La mesa estaba un poco desencolada, por lo que se tuvo que reforzar la estructura. Puede hacerse con cola de carpintero o con un adhesivo multiusos (como Sika Flex High Tack).
Se sujeta la mesilla con un tensor de cinta y se deja secar la cola.
PASO 4. Todos sabemos que la chalk paint es maravillosa y que agarra casi sobre cualquier superficie que queramos pintar, pero para conseguir un resultado perfecto conviene usar una lijadora eléctrica (Duosand 270W de Black+Decker) para eliminar parte del barniz del sobre de la mesilla y de los laterales. No es necesario insistir mucho.
PASO 5. Después se tapan con cinta de carrocero las partes que van a quedar sin pintar para evitar manchas (en este caso, las patas y las molduras).
También hay que poner cinta en el interior de los cajones.
PASO 6. ¡Comienza la diversión! Se aplica una mano de chalk paint de color blanco, excepto en uno de los cajones que se pintó de azul para poner un toque especial a la mesilla. Se deja secar y se aplica una segunda mano.
PASO 7. Llega el momento de lijar el cuerpo de la mesilla y los cajones. Es mejor hacerlo con una lija de grano fino y de forma ligera, sin insistir demasiado. Después se pasa un trapo limpio para eliminar el polvo.
PASO 8. Ahora se aplica una generosa capa de cera incolora con ayuda de la brocha redonda. Espera hasta el día siguiente y después saca brillo puliendo la cera con un trapo suave que no suelte pelusa.
PASO 9. Para adecentar un poco el interior de los cajones (estaba feo y sucio) se utilizó un papel pintado con diseño de motivos geométricos. Solo hubo que cortar un cartón fino a la medida del fondo del cajón y forrarlo con el papel pintado.
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