Una de las claves para ganar esa luminosidad es vestir las ventanas con telas ligeras. Cuanto menos opacas sean tus cortinas o estores, más luz dejarán entrar, así que elige telas en color arena, beige, blanco… Escoger tejidos como el lino, la seda o las organzas resulta fundamental.
El blanco también es lo ideal para las paredes. Si quieres darle color a tu casa, pinta alguna pared de colores oscuros, pero deja otras de la misma estancia en un blanco impoluto o un beige clarito.
También los tonos claros en los muebles darán luz a tu casa. Escoge alfombras, algún aparador o tapicerías en estos tonos y dará la sensación de mayor amplitud.
El cristal y los espejos sirven para multiplicar la luz y si están cerca de una ventana, serán otro punto más de luminosidad. Por ello, colocar muebles con cristal o separar zonas con murales también de cristal, son una de las mejores soluciones para ganar dicha luminosidad.
¿Y tú, cómo aportas luminosidad a tu hogar?
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