Tener un jardín es prácticamente un privilegio en las ciudades, especialmente en aquellas en las que predomina el paisaje urbano. Pero a este privilegio se le junta una gran responsabilidad: su cuidado y mantenimiento. No se trata de una tarea sencilla, aunque ciertamente los resultados pueden ser muy gratificantes. Quienes ya están en este grupo, pueden dar fe de ello.
Lo curioso es que el tema suele hacer alusión concretamente a temas sobre el trabajo de jardinería y cómo disponer las plantas para su “comodidad”. Sin embargo, tener un jardín implica más que ello. Incluso los elementos no biológicos a integrar, como las bombas de agua, deben colocarse de manera estratégica para que haya un equilibrio práctico y estético. Aquí hablamos un poco al respecto.
Ciertos elementos del jardín no tienen por qué mostrarse
Un jardín está integrado principalmente por plantas, eso es un hecho. Ahora bien, para el mantenimiento oportuno y cómodo de estas, cerca del jardín deben estar ciertos elementos. Por ejemplo, un depósito, encimera o esquina de concreto en la cual poner todas las herramientas usadas en este proceso. Regaderas, palas, tijeras, rastrillos, podadoras, entre muchas otras, requieren un espacio propio para esperar su turno.
El problema llega cuando la existencia o ausencia de este espacio deriva en desorden y afecta la estética del entorno. Por ejemplo, cuando no se construye este espacio, las herramientas pueden quedar regadas por los alrededores o interior del jardín. Mientras que, muchas veces, aunque exista, el lugar no está apto como para tener cada cosa en su sitio. En ambos casos, puede suponer un peligro para los habitantes.
Consejos para camuflar elementos del jardín
La meta es tener un jardín estético, adecuado para las plantas que lo integran, para las visitas humanas y, sobre todo, para un rápido mantenimiento. Para lograrlo, debemos crear una estrategia que combine la estética con la practicidad. Si hay recipientes en el jardín, disponerlos en un lugar adecuado; si hay bombas de riego, ubicarlas y protegerlas de los improperios del ambiente; y las herramientas, cada una en su sitio.
Mallas de ocultación
Una de las formas más sencillas de delimitar lo que no nos interesa que integre la primera vista de nuestro jardín es colocar mallas. Consisten en barreras con forma de malla hechas de diferentes materiales, incluidos plásticos, mimbre, metales, madera, etc. Algunas cumplen solo la función de delimitar, mientras que otras ofrecen características adicionales a esta y la decoración, como la colocación de sombra.
Las mallas de ocultación se pueden usar para separar el espacio humano del de las plantas; por ejemplo, para colocar mesas y sillas y que el crecimiento de las plantas no las invada. También para tapar la parte del jardín que muestra la bomba de agua, mangueras, tuberías y llaves. Y por supuesto, como una cerca para evitar que las mascotas hagan estragos en las zonas recién plantadas.
Bambú, uno de tus mejores aliados en decoración de jardín
El bambú es un recurso muy versátil y, como muchos saben, muy valorado en la cultura asiática. Ya sea que estemos en algún país de ese continente o fuera, es un gran aliado en el camuflaje de elementos del jardín; especialmente los que no encajan en estética. Los troncos son de grosor mínimo, por lo que pueden disponerse alrededor de cestos de basura, bombas de agua y secciones en construcción.
Estructura de madera
La madera tiene la ventaja de que encaja en prácticamente cualquier entorno, ya sea interior o exterior. Con base a lo que hemos recomendado hasta ahora, se pueden crear estantes, repisas o tramontinas para camuflar elementos del jardín o paredes. Si las herramientas necesitan espacio, este sería uno idóneo para disponerlas, decorando las columnas con enredaderas o modelos artificiales para darle un toque bonito.
Arcones de madera
Siguiendo con la idea anterior, se pueden crear o comprar arcones como camuflaje de elementos del jardín. Los arcones no serán tan versátiles como los estantes y repisas, pero ciertamente lograrán disimular lo que desequilibra nuestro paisaje. Se pueden usar para hacer más bonito el espacio de los cestos de basura, así como para proteger bombas de agua, tuberías y mangueras.
Cañizos artificiales
Las mallas de ocultación y los cañizos artificiales cumplen prácticamente la misma función. Estos últimos están diseñados para imitar texturas de materiales naturales, como el bambú y la caña, para no solo delimitar, sino también decorar. Por ende, si deseas ocultar o hacer que ciertos espacios se vean más bonitos u organizados en tu jardín, podrías experimentar con ellas. La mejor parte es que son muy resistentes.
Ahora bien, entre todas las opciones mencionadas, hay algo que destacar: la selección de una u otra dependerá de cada contexto. Los recursos naturales ofrecen la gran ventaja de que se integran muy fácilmente en el jardín. La parte no tan agradable es que son menos resistentes a la humedad que suele acompañar este espacio; este es un aspecto que debemos tener en cuenta en su uso.