El viernes pasado publiqué en mis redes la foto que saqué en una tienda de iluminación de una Sputnik. Mientras mi clienta se fijaba en otro tipo de luminarias, a mí se me fue la vista directamente a aquella lámpara. Imaginad si llamó mi atención en un espacio donde había una luz por cada pocos centímetros cuadrados, qué no conseguiría en una habitación como única protagonista. Son realmente impactantes, escultóricas diría yo.
Lo cierto es que no a todo el mundo le gustan porque tienen una estética mid-century muy definida. Como curiosidad os diré que se crearon a finales de los cincuenta después de que la antigua Unión Soviética, ahora Rusia, lanzara al espacio el primer satélite, el Sputnik. En los sesenta surgieron un sin fin de adaptaciones de la forma original de dicho satélite. Se realizan con distintos materiales como hierro, bronce, latón, níquel, cobre,… y sus formas también son diferentes, aunque tienen un punto en común (es como las de araña, cada una distinta pero todos sabemos reconocer su estética ¿verdad?)
En su época se convirtieron en icono, siendo piezas de referencia para colocar en salones y comedores. Hoy en día, lo veréis en las imágenes, no sólo se colocan en las zonas más visibles de las viviendas, también en dormitorios, cuartos infantiles y por qué no, en la cocina. Ah! un consejo, absteneros si vuestros techos no son muy altos o si la habitación es demasiado pequeña, aunque hay modelos más grandes y más pequeños, ocupan mucho visualmente.
Hay una cosa clara, si pones una Sputnik en tu vida se convertirá en la protagonista indiscutible del espacio. Y a vosotros ¿os gustan?
Imágenes: Tablero “Lighting“ en Pinterest
Imagen portada: 1stdibs
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