Lo pasado de moda está ‘de moda’ y si está envejecido, mucho más. No solo las maderas gastadas, también los cristales castigados por el tiempo y los tejidos, como la cordelería, los rasos arrugados, los terciopelos desgastados… Y también, cómo no, las texturas, especialmente en las paredes y pa´tinas de muebles.
Un fregadero de cobre, la personalización del grifo, los paños de cocina de lino, estaño, maderas desgastadas, … la suma de las piezas crean un conjunto de como de ‘semi abandono’, como de herido por el paso del tiempo, que reafirma una estética nostálgica y misteriosa que consigue cada vez más adeptos. Todos y cada uno de los muebles y complementos pasan a tener vida propia al destacar con sus degradados y aspectos desaliñados, lo que convierte al mueble en el centro de atención sin necesitar una gran luminosidad. Pero, sobre todo, lo que más destaca en un ambiente decadente es el dramatismo y el lujo. Ambos son dos ingredientes fundamentales para una especie de interior a modo de ‘gabinete de tesoros y curiosidades’.
Lo que más destaca en un ambiente decadente es el dramatismo y el lujo. Ambos son dos ingredientes fundamentales. A mí me encanta este estilo de lo decadente y de las piezas y los interiores que tienen su propia historia que contar. ¿Y a tí, te gusta?
¡Feliz fin de semana!
Fotografía [ ] Vtwonen