Para empezar vamos a darle pequeños toques de color, vamos a olvidarnos de los marrones y grises oscuros. Podemos empezar por cambiar los cojines. Lavamos y guardamos los viejos para el siguiente invierno y sacamos los nuevos llenos de colores, que nos adentren en la frescura de la primavera.
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Podemos también sustituir las plantas y flores que tengamos. En el caso de tener flores secas vamos a cambiarlas por flores con colores más vivos y que no falte el verde, da igual si son artificiales, casi todas las que tengo yo lo son y tan contenta. Vamos a añadirle flores, con mucho color (rosas, amarillos, naranjas...) a escoger para que vaya acorde con el resto de decoración.
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Podemos ir más allá y cambiar los cuadros. Láminas más alegres, mensajes más estivales, dibujos más evocadores...
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El objetivo es alegrar los días lluviosos que se nos vienen encima, como siempre ocurre en primavera, y que todos nos empiece a recordar a verano, esa tan ansiada estación para la gran mayoría.
Lo principal es que entremos en casa y al respirar casi podamos oler el buen tiempo.
Besos, Marta