Con esto de que los carnavales caen tan pronto, seguro que ni te has dado cuenta de que a la vuelta de la esquina está San Valentín. Pero aquí estamos las Umidoris, para recordártelo y enseñarte las nuevas láminas súper amorosas y nada ñoñas que hemos preparado.
Hemos de decir que nosotras no somos mucho de este santo, si hay que elegir, somos más de la Virgen de los Remedios, que es de todo un poco y nos soluciona más papeletas. Y es que todos los años es lo mismo, que si yo lo celebro los 365 días, que si es una fiesta consumista, que si sólo está para quitarnos los cuartos… Y si, es todo verdad de la buena, pero es que una vez al año, no hace daño.
Así que os traemos una serie de láminas, bajas edulcorantes, para que no os suba demasiado la glucosa ni os baje en exceso el romanticismo (que no está bien visto).
Quererse mucho es lo más, y no hay idioma con palabras suficientes para describirlo, es lo que tienen las mariposas del estomago, que te dejan un poco tonta. Así que, si no te salen las palabras para decirle cuanto le quieres, mejor dale esta lámina y comeos a besos. Si es que a veces, las palabras sobran….
En el mundo hay más de 7 mil millones de personas, vamos, una burrada, y entre todas ellas os encontrasteis, ¿a que es bonito?. Pues sí, incluso cuando no baja la tapa del water o se escaquea de lavar los platos.
¿Acaso pensáis que San Valentín es sólo para las parejas enamoradas? Que equivocados estáis, ¡esos ya lo tienen todo hecho!. Aunque no tengas pareja, seguro que hay alguien que te hace fibrilar con sus fotos de Instagram y ¿qué mejor que declararle tu amor enviándole un direct con esta lámina? (por que las tenemos también en descarga digital) Oye, que si cae, cae, que a lo mejor metiendo un poco un pie acabamos metiendo el cuerpo entero. Y al final, si la cosa sale bien, ya nos invitáis al bodorrio o lo subís a IG con el hashtag #UmidorisCupidas.
Hay días en los que nosotras, al buen novio, le gastamos el nombre de tanto usarlo, y es que nos gusta, nos gusta mucho. Hay veces en los que vamos por la calle y escuchamos en otra persona su nombre y nos enternecemos (hasta que vemos al susodicho impostor y pensamos, el mío es más guapo). Y es que la musicalidad que desprende el nombre de la persona amada sólo es comparable a una composición de Mozart o al último temazo del Ricky Martin. Vamos, que nos venimos arriba sólo pensarlo.
Comulguéis con San Valentín o no, el amour se demuestra todos los días, y las láminas se van a quedar ahí para resolveros la papeleta el algún cumpleaños, aniversario o por que sí.