En primer lugar, se ha de distinguir entre aquellos suelos que sean de arena y aquellos otros ya cementados. Ambos admiten pavimento, con la ventaja de que los primeros permiten combinar césped natural o incluso árboles con terrazo, cerámica o tarima. No obstante, la solución para los segundos estriba en incorporar macetas o jardineras de gran dimensión. Igualmente obligatorio resulta en este caso la instalación y buen mantenimiento de la tela asfáltica, esencial para prevenir humedades en pisos inferiores.
En el caso de los patios urbanos, en los últimos años la tarima de madera se ha puesto especialmente de moda. Este tipo de suelos se asocian de inmediato con calidez e intimidad y, además, no requieren un especial mantenimiento. Destacan igualmente por los variados diseños de sus baldosas, con entramados horizontales o verticales. Asimismo, se pueden colocar por encima de desagües mediante la colocación de rastreles que nivelen la pendiente.
Pero las paredes requieren por igual nuestra atención pues pueden pintarse o revestirse con el fin de conseguir ese clima cálido que tanto se desea. Últimamente la piedra ha vuelto para quedarse, así como el ladrillo visto, que nunca se fue. Si la primera se engloba dentro de un ambiente rústico, el segundo lo hace directamente en el estilo industrial. En ambas elecciones, nuestros profesionales de VIPReformas se encargarán de colocar adhesivos y pasta para asegurar las juntas, de forma que sean resistentes a la humedad.
Por otro lado, la madera sintética, al igual que en suelos, resulta muy habitual encontrarla también tanto en paredes como en techos de porches, a juego con la tarima del suelo, aunque casan por igual con piedra o cerámica. Este material incluso se utiliza para vallas divisorias, por su fortaleza y aspecto tupido. Si se prefiere la madera natural, el alerce o el ipé, dan un toque realmente cálido a la estancia exterior, en especial en áreas pequeñas.
No nos podemos olvidar de los azulejos, eminentemente tradicionales, cuyos orígenes se remontan a época romana. Protagonistas de los patios andaluces, se superponen tanto sobre suelos como sobre paredes. Se suelen usar normalmente para cubrir tan solo la parte inferior de las paredes en combinación con pinturas en añil o rosáceas. La herencia árabe la demuestran sus motivos geométricos.
Sin embargo, tampoco resulta necesario decantarse por un revestimiento de material pleno. Uno de PVC con aspecto de acabado en madera o baldosa blanca a veces es una solución, sobre todo para patios cubiertos o habitaciones con ligeros tejadillos, más protegidos del efecto del agua. El fibrocemento, el rastrelado, el ladrillo en gris o negro constituyen algunas de sus variedades.
Una vez acabado el proyecto, la imaginación del consumidor entra en acción en lo referente al aspecto decorativo. Lo que se debe decidir en primera instancia es el mobiliario (mesas, sillas, sofás, bancos...) en virtud del espacio. El mimbre, el cristal o el metal forjado componen, por regla general, su entramado. No pueden faltar tampoco las jardineras, donde cultivar árboles frutales o vegetales, y las celosías para separar ambientes.
En función de lo grande que sea tu patio, terraza o jardín, se pueden configurar diferentes áreas con personalidades individualizadas. Así, los cerramientos móviles de cristal de una parte permiten un excelente aprovechamiento de terrazas y patios incluso en pleno invierno. Las ventanas y puertas abatibles pueden también ser apartadas sin dificultad en el verano.
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