Estos son los materiales que vamos a necesitar son:
Hay una versión más sencilla en la que en lugar de madera y clavos se usa corcho y alfileres, pero por experiencia os decimos que merece la pena darle al martillo. Los alfileres en el corcho no quedan bien asegurados y se menean, lo que es un problema a la hora de poner el hilo.
Lo primero que debemos hacer, cómo no, es elegir el diseño que queremos. Para que no os tengáis ni que molestar en buscar ideas, os dejamos unas cuantas en un tablero de Pinterest.
Para gustos colores, pero a nosotras estos cuadros nos gustan con madera oscurita e hilo claro que contraste. La madera que usamos es la tapa de una caja de vino, es decir, de un color muy claro, así que la oscurecimos usando pintura acrílica marrón diluída en agua. Esto es útil cuando no tienes barniz de color a mano, o no quieres comprarte un bote para una superficie tan pequeña. La verdad es que la mezcla agua-acrílico nos quedó de maravilla.
Una vez elegido el diseño, lo ideal es imprimirlo para hacer una plantilla. Puede ser algo así:
La imagen es del blog Silhouette School, donde nos explican cómo hacer la plantilla en Photoshop y cómo usarla para hacer el cuadro de hilo. Nosotras no nos vamos a parar en esto, porque nos hemos saltado este paso limitándonos a poner clavos a lo loco, sin plantilla ni nada.
No, no es que nos creamos más listas que nadie. Elegimos un diseño de flechas, y nos pareció mucho más fácil dibujar los puntos directamente sobre la madera porque el dibujo es muy sencillo. Para cosas más complejas recomendamos usar plantilla.
Ya que pasamos de la plantilla, al menos usar una regla.
Bueno, al grano. Una vez tenemos el dibujo decidido y la plantilla/puntos sobre la madera, ¡a clavar! Cada diseño necesitará una distancia entre clavos distinta, y también depende del gusto de cada uno. Si tenéis dudas, lo mejor es dejar más distancia (por ejemplo 3 cm) entre clavo y clavo, y si luego no os gusta podéis añadir más clavos en el medio.
Siempre se nos olvida pintarnos las uñas para los tutoriales…
Ya están los clavos en su sitio y nuestros vecinos enfadados porque hayamos martillado a estas horas (da igual la hora que sea, se enfadarán). Ahora toca ponerse a enganchar el hilo.
Empezamos haciendo un nudo simple o doble (da igual, lo reforzaremos al terminar).
Después sólo tendremos que unir todos los clavos rodeándolos con el hilo, así:
A nosotras en este caso nos gusta más cómo queda con hilo doble, así que lo que hacemos es pasar primero el hilo de forma que quede por la parte exterior de la silueta que estemos haciendo y después damos otra vuelta por la parte interior, de forma que queda algo así:
Según el diseño que hayáis elegido, querréis rellenar la silueta o no (lo habitual es rellenarla). Para eso lo único que tenéis que hacer es unir unos clavos con otros como si no hubiera mañana.
Para asegurar el dibujo, haremos varios nudos en el clavo en que hayamos terminado y en el que hemos empezado (lo habíamos dejado sin asegurar). Sin miedo, más vale pasarse que no que se suelten todos los hilos y hayamos perdido un tiempo valiosísimo que podíamos haber invertido en tomarnos unas cañas, por ejemplo.
¡Y listo! Esto es todo amigos. Tutorial facilito para una tarde de domingo.
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