La distribución de los objetos y accesorios obedece a trazos heredados del arte, la naturaleza y la religión. Sosiego y reflexión son transmitidos por los elementos decorativos que componen los hogares japoneses, donde cada estancia tiene reservada una significación.
Los muebles que elijamos para nuestro dormitorio oriental deben llevar impreso un diseño basado en la formas puras. El fin que perseguimos es huir de las curvas y los barroquismos. Todo debe invitar al orden por fuera y por dentro. Hemos tomado del catálogo de Haiku algunas ideas muy 'espirituales'.
De todas las ubicaciones del hogar, sin duda alguna, la más íntima es el dormitorio: un lugar de meditación y encuentro con uno mismo que reservamos para nuestros pensamientos y nuestro descanso. La cama es un mueble indispensable para los occidentales mientras que, dentro del contexto japonés, pasa a ser un elemento secundario y totalmente funcional.
El tatami viene a sustituir a la tradicional tarima de nuestras casas. Entre sus ventajas se encuentran su fácil limpieza, su elegancia y la comodidad que ofrece. En su país de origen, está compuesto por bambú y arroz, causa fundamental de que los zapatos no rocen nunca el suelo, ya que podrían dejar marca.
En la decoración oriental, el lecho se sustituye por un futón, colchón de textura muy blanda que se coloca sobre el suelo, normalmente sin soporte material. Los japoneses, en búsqueda continua del espacio más limpio, lo utilizan únicamente para dormir, recogiéndolo durante el día para disponer del lugar que ofrece su ausencia.
Para arropar tus sueños, la decoración japonesa también se preocupa de diseñar juegos de sábanas donde los colores neutros y la ausencia de estampados estridentes vigilarán tu descanso. El juego que queda representado en la fotografía atiende al nombre de Samurai y pertenece a la colección de Nicoleta.
A la hora de sentarse, los japoneses también tienen algo especial que decir. La comodidad la establecen productos marcadamente funcionales como las sillas-zafu, en armonía con el material del tatami. Igualmente, destacan los zafutones, definidos por el confort y el contacto lineal con el suelo.
Las cómodas o pequeñas mesitas influidas por la corriente oriental dejan de lado acabados llamativos y los colores estridentes. Sus líneas fluyen al margen de la sobrecarga ornamental porque su concepción es plenamente utilitaria. A diferencia de la abundancia a la que estamos acostumbrados, el fundamentalismo japonés permanece limpio.
Organizar tus enseres dentro del dormitorio es una tarea que ha recaído tradicionalmente en las cómodas. Las cajoneras orientales destacan por su sencillez. Están inspiradas en la vivacidad de la Tierra, en los bosques que la pueblan; por eso la madera más pura es la materia prima por excelencia.
Otros complementos, relacionados profundamente con la filosofía nipona, son los que guían las meditaciones de quienes logran la ansiada paz con la introspección diaria. En este sentido, los cojines de meditación resultan un instrumento que se desliga del sentido estético y ahonda en la misión espiritual.