Algo aparentemente tan banal pero con una poder de atracción que no puedes dejar de mirarlo. Eso es lo que sucede con la lámina enmarcada correspondiente a la escena del beso de la película El Planeta de los Simios. Jamás me hubiese planteado utilizar esa imagen para decorar el cabecero de mi cama y viendo el resultado tengo que admitir que me parece todo un acierto.
Fotografía: Eve Wilson – Fuente: The Design Files
Desde que me mudé a mi nueva casa, uno de los capítulos pendientes son las paredes. Aún están demasiado desnudas pero no quiero precipitarme y prefiero que el asunto vaya fluyendo para elegir bien qué cosas colgar o si me lanzo a colocar un papel pintado. En el caso concreto del dormitorio, aún no he dado ningún paso en ese aspecto. Tengo un cuadro apoyado en el suelo y no hay forma de que decida en qué pared ubicarlo. Tendría menos dudas si la lámina de Charlton Heston y la chica Simio hubiese caído en mi poder. Pero no es el caso.
De todas formas, esa imagen cinéfila me ha llevado a recorrer la casa en la que se encuentra, la cuál no tiene desperdicio ninguno, las cosas como son. Ubicada en Melbourne, su estilo arquitectónico recuerda al de una antigua granja en el campo a pesar de que se encuentra en una tranquila calle a tocar del centro de la ciudad. Nadie lo diría viendo el porche y tanto verde rodeando la vivienda. Deliciosos contratses.