Y no es que yo lo diga, la psicología del color es una corriente que pretende demostrar como éstos influyen en nuestra percepción y conducta.
A día de hoy se utilizan para tratar problemas tan comunes como la depresión, la dislexia, las migrañas o incluso el autismo.
Por eso, es aconsejable que antes de elegir la gama de colores que utilizar en nuestra casa o negocio tengamos unas nociones básicas de los efectos que tienen en nosotros.
BLANCOS
El blanco es pureza, perfección, honestidad, nuevo, limpio… es por ello que es una base genial en casi cualquier estancia y sobre la cual podemos utilizar otros colores.
La tendencia actual es mezclar el blanco con tonos neutros, a continuación vemos que tal funcionan juntos.
Si buscamos un espacio moderno, elegante y único lo podemos combinar con la gama de grises, aunque si no queremos correr el riesgo de terminar con un espacio frío, en el que la soledad o el aburrimiento terminen acaparando todo, tendremos que añadir más colores o bien jugar con las telas y las texturas
El resultado será innovador y ecléctico.
ROSA
Elegancia, suavidad, romanticismo… el rosa nos transporta a espacios llenos de estilo, combinado con el terciopelo y líneas suaves y ligeras obtendrás sensaciones reconfortantes y llenas de serenidad.
AZUL
El azul es un color que nos transporta directamente al mar, por lo tanto está muy relacionado con serenidad, introspección y concentración.
Esto lo convierte en un color ideal para terrazas y despachos, en los que la concentración sea el objetivo. Sin embargo, nos cierra el apetito, no favorece las relaciones, incluso tiende a la frialdad, por lo que no es aconsejable su uso en salones, comedores o salas de juego.
NARANJAS
Estimula las conversaciones, la creatividad, el intercambio de ideas, incluso el optimismo. Por lo tanto, es ideal para salas de juego o talleres en los que trabajen profesionales del mundo de la creatividad.
Nunca excederse, pues puede crear efectos contrarios como agobio y estrés.
ROJO
Y si el naranja es peligroso, el rojo es su gran maestro. Aporta fuerza, pasión, amor, odio, deseo, agresividad… saca a relucir nuestros sentimientos más carnales, por lo que será el foco de atención si lo usamos en una pieza como ésta en un pasillo, salón grande….
AMARILLO
Diversión, optimismo, energía, verano… El amarillo saca a relucir nuestro lado más jovial y fresco y es genial para sacarle la alegría a ese rincón soso que te tiene amargada.
Y por último mi gran favorito: el verde.
El color que nos lleva directamente a la primavera, fresco, relajante y fresco.
Relajará a un amarillo o naranja, dará vida a una estancia de marrones, realzará a una paleta de rosas y siempre creando un ambiente natural.
Sin duda, poco a poco ha ido invadiendo mi casa y junto con el blanco y madera se ha ido adueñando de cada rincón
¿Y tú? ¿Con qué color te identificas?