Para comenzar, pintar las paredes de blanco siempre ayuda a añadir amplitud y luminosidad a una estancia. Si lo hacemos en un dormitorio infantil, podemos añadir colorido en los complementos (alfombra, cojines, alguna pieza como un sillón…) y no sobrecargar el ambiente, y así conseguir que sea lo más apacible posible para el peque.
En cualquier dormitorio hay que añadir algo de almacenaje, así que unas cajoneras que sirvan también a modo de banco para sentarse o a modo de cambiador serán el doble de útiles.
Para decorar las paredes podemos escoger algo tan de moda como una composición de cuadros. Si ésta además está hecha con unas bonitas fotos de nuestro retoño, nos quedará una decoración de diez, ya que será estética y tendrá un significado especial.
Para los más atrevidos, se puede dar un toque original pintando una de las paredes de la habitación de otro color, como el melocotón elegido para la zona de cambiador de las imágenes.
Vía A Beautiful Mess
Y ahora para copiar el look…
P.D.: este post está dedicado a Cova, para que no me diga más veces que tengo que hablar más de decoración infantil Va por ti, Raúl y vuestro futuro peque.
¿Qué copiaríais de esta habitación infantil?
Este artículo es original del blog Decorar Mi Casa