1. Un todo blanco: cuando hablamos de decoración nórdica nos vienen dos claves a la cabeza: madera y luminosidad, así que haciendo alarde de esto último tenemos que pensar en blanco; es decir, elijamos lo que elijamos… que sea el blanco o los colores claros los que predominen, y tanto para la cama como para las paredes, el suelo, los muebles, los cojines, la ropa de cama, las alfombras, etc.
2.Complementos de tonos pastel: aunque para gustos… los colores. Efectivamente, si no te apetece un todo blanco pero quieres seguir manteniendo la estética nórdica puedes optar por colores pastel: como el verde agua, el azul cielo, el rosa palo, el ocre, el beige etc., sobre todo para la ropa de cama y los cojines.
3.Nota de color sobre la cama: ni que decir tiene que una colcha cubrepiés sobre la cama queda fantástica, así que… ¿por qué no optar por un color fuerte que contraste con el blanco y la luminosidad del resto de la habitación? El naranja, el rojo, el verde… cuanto más fuertes y llamativos mejor. ¡Y también las telas de mil colores!
4.Mucha iluminación: durante el día tiene que entrar mucha luz por la ventana, pero ¿y por la noche? Hazte con guirnaldas de luces led blancas para seguir recreando esa escena bien luminosa en tu habitación. Que por supuesto pueden ir acompañadas de lámparas con luces blancas y fuertes.
5.Mesitas de noche diferentes: una mesita de noche, puesto que su función no va más allá de ser el soporte de la lámpara, el despertador y un libro… puede ser cualquier cosa. Olvídate de las mesitas de noche convencionales y empieza a verlas en otros objetos: un taburete de madera, varios bloques de hormigón apilados, un banco de madera envejecida, un pequeño baúl, una maleta antigua, una pequeña mesa de jardín, una estantería, un cesto de mimbre, etc.
6.Plantas a ambos lados de la cama: puesto que la decoración nórdica se caracteriza por ser fiel a la naturaleza, ¿qué mejor que decorar el dormitorio con plantas? Escoge las adecuadas para interiores, que sean fáciles de cuidar y que no precisen mucha agua. Ponlas a ambos lados de la cama, o en cualquier mesa, estantería, etc.
7.No te olvides de los cojines: una cama no es un lugar cien por cien cómodo si no cuenta con una montaña de cojines, la cual te puede ayudar a jugar con los colores y los tonos. Pueden ser todos blancos, o combinados en tonos pastel y claros, aunque, de nuevo, optar porque uno de ellos sea de un color fuerte que contraste con el resto puede darle un toque interesante.
¿Qué os parecen estas ideas?
¡Feliz miércoles!