Eso no significa que tengas que llenar tu casa de “love”, corazones y globos. Ni de ositos amorosos y cojines que te abrazan. De hecho, olvídate también este año del color rojo y sustitúyelo por un rosa empolvado. O por cualquier rosa, si vamos a eso. Pero sin pasarte, no vaya a parecer que a tu mesa se van a sentar unicornios dorados. Y por favor, olvídate de los pétalos de rosa en la cama. Son muy noventeros. Y además manchan.
Para tu mesa de San Valentín te propongo en su lugar algunas ideas que sí, son moñas…pero menos.
Mesa de San Valentin
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¡Flores! Si en algún momento no sabes cómo hacer especial una mesa, la respuesta es siempre con flores. Pero no te limites a colocar un ramo en el centro. Mucho mejor y sobre todo menos molesto serán varios pequeños centros de flores. Recuerda que un centro de flores de tamaño grande va a crear una barrera en la mesa, y eso no lo queremos nunca. Mucho menos en una mesa de San Valentín.
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Si quieres añadirle el toque romanticón, hazlo con las servilletas. Así:
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Porque sí, a pesar de todo, los corazones en una mesa de San Valentín me gustan. No son imprescindibles, pero sí adecuados. Si quieres corazones hazlo a lo grande. No llenes tu casa con ellos, mejor uno solo pero de tamaño XXL. Y mejor aún si es tan bonito como este:
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Pero insisto. Para decorar una mesa de San Valentín puedes optar por otras ideas alejadas de las clásicas. ¿Y si vistes tus sillas con sus famosas alas?
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Y si prefieres algo romántico, pero romántico de verdad, siempre nos quedará una buena pizza casera como esta:
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“Un mundo nace cuando dos se besan” Octavio Paz
¡Feliz día!
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