Existen tres colores primarios, el azul, el rojo y el amarillo, a partir de los cuales "técnicamente" se forman los demás.
Un color secundario es el resultante de mezclar los colores primarios entre sí a partes iguales. Con ello obtenemos el naranja, el verde y el violeta.
Los colores terciarios se obtienen al combinar un color primario con un color secundario. Por tanto, en una rueda de color básica para decoradores, obtenemos 12 colores, 3 primarios, 3 secundarios y 6 terciarios.
Cada uno de ellos puede oscurecerse o aclararse mediante la adicción de tintes (blanco o negro) dándonos como resultado diferentes tonos o intensidades.
Tradicionalmente se han utilizado los colores intensos, muy saturados, para decorar la habitación infantil, aunque las nuevas tendencias incluyen también paletas de colores neutros o pasteles o colores fríos.