Voy a poneros varios ejemplos gráficos para que veáis lo estupendamente bien que quedan los juegos de café o té -o incluso vajillas completas- compuestos por piezas totalmente diferentes, procedentes de conjuntos dispares.
Estéticamente resultan totales pero además, a nivel práctico, no hay ninguna opción mejor, ya que para las manos torpes con los objetos pequeños -como las mías, sin ir más lejos- el hecho de romper una taza o un plato y poder buscar sustituto fácilmente sin que el juego nunca quede incompleto y así sucesivamente hasta el fin de los días, es LA solución.
Yo os diría eso de que no tengáis miedo a mezclar, que los resultados acostumbran a ser sorprendentes.
Como premisas, sentido común, como siempre y para todo... Y buscar piezas que tengan tonalidades similares o complementarias y que concuerden mínimamente a nivel estilístico, evitando a toda costa disparidades que no peguen ni con cola como -por poner un ejemplo- unas tazas sesenteras con unas tazas románticas... Fácil, ¿no?.
Vamos a ver cositas chulas que he encontrado por la red:
Una idea genial, ¿no creéis?
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¿No me digáis que ahora no estáis visualizando un té o café con leche y unos dulces? ;)
Beso
G
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