Hola, ¿qué tal todo?
En primer lugar quiero decir en voz muy muy alta que este domingo POR FIN pude estar orgullosa del país en el que vivo. Como ya os contaba MRS. Shabby, fue un día en el que todos aprendimos y sobre todo, vivimos un cambio absolutamente histórico con el cual espero que vengan mil cosas buenas más.
No quiero extenderme más en esto, sólo quería hacer constar aquí que estoy super contenta con los resultados y quiero que cada vez más gente se ‘regenere’.
¡Se acabó el imperialismo!
En fin, de lo que realmente quería hablaros hoy, y en relación a lo orgullosa que estoy de mi país, es de algo que siempre he sido y seré y de lo que también estoy orgullosa: ser infinitamente friki.
Os hablo de ello porque este lunes, 25 de mayo, fue el día del orgullo friki y lo celebré de la mejor manera: viendo una peli de Harry Potter y leyendo Juego de Tronos (que os recomiendo encarecidamente para entender cualquier política del siglo XXI, ¡ahora que estamos en tiempo de cambio!).
Aunque de pequeña sufrí de alguna manera no ser la típica chica que hacía lo normal de cualquier adolescente, tener gustos peculiares me ha ayudado a la hora de crear y a pensar, después de unos años.
Cuando me dicen: ¡Hala! ¿Cómo se te ha ocurrido eso? Realmente no lo se, pero estoy segura de que en el fondo, todas esas cosas que hice y hago, me han motivado e inspirado a la hora de tener ideas, no se si me explico. Eso, o que definitivamente ¡me falta un tornillo!
No os parece que lo normal al final es aburrido? Sorprended, gustaros a vosotros mismos y compartid todas vuestras ideas para crecer más, sin miedo a que alguien pueda ¡reírse de vosotros! Al final, terminaréis por ser imitados…
¡Que tengáis un miércoles redondo! (¡como la cabecita de R2D2!)
Besos,
Irina Vermeer
y ahora… ¡SI ME QUERÉIS, SEGUIDME!