La cocina: sabores, aromas y objetos inútiles
Recomendaciones para mantener el orden en este espacio de alto tráfico
Una de las áreas de la casa que no duerme, es la cocina. La cocina es el encuentro de los sabores, aromas, buenas conversaciones acompañadas de un café, donde más se dan los buenos días, las buenas noches, los besos de despedidas antes de partir al trabajo y la bendición en los países que acostumbran.
También es el espacio que más se ensucia debido a su alto tráfico. Nunca falta un vaso, un plato, una olla o cubierto sucio en el fregadero o mesón, una comida a descongelar, una jarra con agua medio llena, un plato con restos o sobras y una que otra mosca haciendo maniobras aéreas por todo lo antes descrito.
Otra cualidad que tiene la cocina es acumular objetos inútiles comprados con el propósito de simplificarnos la vida, sin dejar a un lado, la olla quemada y aporreada de mamá, la taza astillada, los variados cubiertos y utensilios para el preparado de platillos que jamás hemos hecho y los recipientes que no se utilizan dispuestos como al asecho o como si conspiraran para lastimarte.
La cocina la limpias diariamente y en la preparación de cada plato se vuelve a ensuciar como que si nunca antes hubieses pasado un trapo. Es una zona huérfana, pues todos en casa pasan y se surten en esta, pero nadie quiere arreglarla valiéndose de las expresiones “tú eres la reina de la casa”, la “ama de la cocina”, la “dueña del sazón” y con ese cuento, todo el mundo come y lanza su plato.
¿La responsable de la cocina? Tú
Repasemos aspectos puntuales que garantizarán mantener el orden de este espacio a pesar de ser tan concurrido.
Cómo mantener el orden en la cocina
Con respecto a este punto, Sandra Felton en su libro “Se acabó el desorden” (2011), nos dice que la cantidad de objetos, los mesones o mostradores, las vasijas y los armarios son claves al momento de considerar una cocina limpia y ordenada.
En cuanto a la cantidad de objetos, ella señala que es necesario precisar cuántos de estos realmente usamos. Sugiere colocar las cosas que desde hace tiempo no se utilizan en cajas, ponerles fecha de dos meses y durante ese periodo evaluar las empleadas o no; de estas últimas deshacerse o regalarlas.
Para Felton el aspecto de la superficie de los mesones o mostradores determina el contexto general de la cocina, si están ordenados, esta así se verá. Indica bajar el mayor número de cosas posibles de estos y reubicarlos en los armarios para despejar el espacio.
Continúa la autora quien agrega que las vasijas, recipientes para el azúcar, la sal, los cubiertos deben guardarse en los armarios o gavetas, en caso de no contar con suficientes gavetas acudir a las plásticas.
Nos recuerda que los armarios tienen espacios limitados, por lo tanto, nos dice que solo coloquemos dentro los objetos y artefactos que ya evaluamos previamente que usamos con frecuencia.
Para cerrar, la fundadora de Desordenadas Anónimas nos deja esta perla “no coloque los cubiertos en un cacharro, sobre el mostrador, de punta, como si fuesen un ramo de flores metálico”.