La pandemia ha provocado entre otras cosas que mucha gente trabaje desde casa. Sería bueno por tanto el contar con un espacio dentro del hogar, en el que desarrollar el trabajo sin problema alguno. El contar con una buena silla de oficina es clave e importante a la hora de estar cómodo mientras se trabaja. No es bueno escatimar en el precio y elegir una silla que aunque sea de un elevado coste, permita que la espalda se relaje y no se resienta tras horas y horas de trabajo.
Una buena silla de oficina es esencial por tanto a la hora de evitar posibles contracturas y problemas lumbares tanto a medio como a largo plazo. En el siguiente artículo te damos una serie de consejos o pautas a seguir para que sepas elegir una buena silla de oficina.
Por qué es importante que sea buena la silla de oficina
La silla es un elemento fundamental dentro de cualquier espacio de trabajo o estudio. Una silla inadecuada suele provocar que la persona no rinda bien en el trabajo y que tenga diversos problemas de salud. De ahí que sea muy importante el acertar con la silla de oficina y conseguir de esta manera, el poder trabajar de una manera cómoda y cuidar la salud.Tener una buena postura se consigue gracias a la silla en la que uno se sienta. De no ser así, se puede llegar a padecer serios problemas de espalda o musculares como es el caso de tortículis o dolores lumbares. Por tanto, no se debe pasar por alto y darla la importancia que tiene a la silla de escritorio o de oficina.
Consejos a la hora de elegir una silla de oficina
Son muchas las horas las que se puede llegar a pasar frente a una pantalla, de ahí que sea muy importante el acertar de lleno con la silla de oficina. Acto seguido te hablamos de una serie de elementos que no debes pasar por alto a la hora de elegir una buena silla de oficina:Lo primero que debes comprobar es que la silla de oficina se pueda ajustar sin problema alguno. El reposa-cabezas debe poder moverse tanto en forma horizontal como en vertical. Lo mismo debe ocurrir con el reposa-brazos y contar con varias posiciones que ayuden a encontrar una postura ideal para trabajar. En muchas ocasiones las sillas de oficina no se pueden ajustar y la persona no se encuentra cómoda mientras está sentada.
Otro aspecto que no se debe pasar por alto a la hora de comprar una silla de oficina es el de que te permita regular la altura de la misma y ajustar la inclinación para que la espalda no sufra. Los expertos en el tema aconsejan que la postura ideal para que la espalda no sufra es la de 90 grados. En muchas ocasiones se recomienda el hacerse con un reposa pies, sobre todo en el caso de que se vayan a pasar muchas horas sentados frente a la pantalla del ordenador.
La silla debe contar con un buen soporte lumbar para que la espalda no sufra mientras se está sentado. El contar con tal soporte es necesario y clave en el caso de que la persona tenga que pasar mucho tiempo sentado. Si la silla tiene un uso puntual, no es un elemento indispensable a la hora de hacerse con una.
Un último aspecto a valorar en lo que respecta a la silla de oficina, se debe al hecho de que sea adecuada a la altura de la persona. El ser una persona demasiado alta o baja hace necesario y esencial que la silla se pueda regular hasta encontrar la altura adecuada. En la gran mayoría de los casos, no se trata de un aspecto esencial, ya que la gran mayoría de las sillas del mercado se adaptan sin problema alguno a una talla media.
En definitiva, muchos de los problemas de espalda que sufren muchas personas de hoy en día, se debe al hecho de pasar muchas horas sentados en un silla que no es la adecuada para ello. Hay que darle la importancia que tiene a dicha silla y optar siempre por un modelo que se adapte sin problema alguno a la exigencias de la persona.
En un principio, puede parecer que la postura es la correcta pero a medio y largo plazo pueden darse diversas afecciones en la espalda como son las contracturas o lesiones más graves que se deben tratar. Con el paso de los años aparecen diversas afecciones en la zona de la espalda, que podrían haberse evitado de haber contado con una buena silla de oficina. Es preferible por tanto el invertir en una buena silla y no optar por otra que puede ser mucho más asequible para los bolsillos, pero que puede ser muy peligrosa para la salud.