¿Te suena, verdad?. A todos nos ha pasado alguna vez. No es que las cosas te salgan mal, pero tampoco bien. Trabajas para conseguir algo: un proyecto, un trabajo, recuperar una amistad... poniendo todas tus buenas intenciones, y el resultado, ¿cuál es?. Pues todo lo contrario a lo esperado... no malo, pero tampoco el deseado. ¡Todo al revés!.
Así que me puse manos a la obra. ¿Qué cosas debo corregir?, ¿qué hábitos mantengo que no me hacen bien?...
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No es que haya un espacio culpable de todo el posible caos de que las cosas no salgan como tú quieres, pero sí que tiene mucho que ver en cómo se traduce el resultado.
Tenemos una serie de rutinas que sin darnos cuenta no sabemos en qué grado puede afectar a la energía de nuestro hogar, y en nosotros mismos. Hábitos que se convierten en malas costumbres u objetos, elementos que estancan cualquier rinconcito que para nosotros pasa totalmente desapercibido. Esas pequeñas cosas sin importancia... importan.
Toma nota de todo y cuéntame si pecas en una mala rutina en casa...
7 rutinas que roban tu energía en casa
1. No cambias el felpudo desde hace años... Probablemente el girasol que dibujaba tu precioso felpudo ya no es amarillo y ni si quiera recuerdas los pequeños detalles que lo acompañaban. Limpias la suela de tus zapatos cada vez que entras en casa, eso está muy bien. Pero sí, la energía se estanca, sobre todo si no cambias este elemento que recoge de todo cada vez que entras en tu hogar.
2. Entras por la puerta del garaje y nunca por la principal. Esto es mucho más habitual de lo que crees. Cuando conviertes la puerta de entrada principal en la puerta de tu garaje, todo cambia. Es decir, que esa sensación de que las cosas te salen del revés, tiene su lógica en Feng Shui. La puerta de entrada de tu hogar queda relegada totalmente y se convierte en una puerta muerta = todo sigue igual, sin cambios.
3. El paragüero de la entrada. Es el elemento que siempre elimino de mis asesorías... quizás le esté cogiendo manía a este objeto, pero es que no son pocas las veces en las que me encuentro cinco paraguas y sólo funciona uno. Cuida de los elementos que se suponen te protegen, aunque la lluvia no haga daño.
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4. Los cojines del salón. Esos cojines del sillón que siguen pareciéndote idóneos porque se ajustan perfectamente a ti cuando te acomodas, aunque estén hechos una bola y sin forma. Pues no.
Si te acomodas a lo que tienes cuando ese elemento ha perdido parte de su esencia, no esperes que las cosas salgan como tú deseas...
5. Los cables pelados de los electrodomésticos. Estoy convencida que Marie Kondo en su próximo libro de La Magia del Orden puede hacer un capítulo de 10 páginas sobre esto. Me río incluso porque no sabía ni qué título poner a esta mala rutina de mantener los cables de los electrodomésticos o de la última tecnología (secador, cables del iphone, ordenador...) totalmente pelados... que por otro lado, es algo peligroso. Pero bueno, es un mal menor, ¿verdad?.
NO SÍ
6. Los diez libros de lectura que tienes en tu mesita de noche. Para fotos de Instagram puede resultar interesante, a mí también #megustaleer y #yosíqueleo pero en Feng Shui como máximo, dos libros.
7. ¿Cómo te vistes para estar por casa?. Vale, de esta sí que incluso yo no puedo escaparme. En una de mis tareas de Feng Shui Personal con mis clientas trabajamos muchísimo este aspecto y yo empecé a recordar lo que me enseñó mi maestra de Feng Shui: "Cuida siempre lo que tú ves, no cuides únicamente lo que los demás pueden ver siempre de ti". Y esto incluye también algo tan básico como la ropa que te pones en casa.
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¿Nos apuntamos a cuidarnos?
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