Un falso techo podría definirse como un tipo de cubierta que se instala unos centímetros por debajo del techo original. Puede estar compuesto de varios tipos de materiales y conlleva varias mejoras para la vivienda.
El falso techo es un elemento constructivo que se puede instalar prácticamente en cualquier espacio: oficinas, viviendas, baños, cocinas, etc. Y no suele suponer una obra de gran envergadura, incluso hay quien lo instala personalmente, aunque siempre es mejor confiar en un equipo de profesionales. Como hemos dicho, trae consigo varias ventajas, como la mejora del aislamiento térmico que se traduce en un ahorro energético- y del aislamiento acústico.
Según los expertos, un falso techo no debe dejar una estancia por debajo de los 2.5 metros de altura si se trata de un salón o un dormitorio. Para los pasillos o la cocina, esta medida no puede ser inferior a 2.20 metros.
Para saber más acerca de este tipo de elementos, desde Vivienda Saludable te contamos toda la información útil al respecto, para saber si puede adecuarse a tu vivienda:
Falsos techos y sus tipos
A priori existen dos tipos de falsos techos: continuos (cubierto de una capa de yeso o pladur, que esconde las estructuras de los perfiles metálicos) y registrables (montados sobre una estructura metálica, donde se colocan placas que quedan a la vista).De acuerdo al material del que están compuestos, encontramos una gran variedad de falsos techos: con placas de escayola, placas de aluminio o placas de yeso… También existen los fabricados en pladur o en madera.
Ventajas de los techos falsos:
Efecto embellecedor: es una técnica perfecta para ocultar las tuberías o incluso la instalación eléctrica de casa, incluyendo los cables y aparatos necesarios para tener internet. También pueden ocultar irregularidades antiestéticas de los techos originales que se hayan producido debido al paso del tiempo. Los falsos techos son la opción idónea para la instalación del aire acondicionado por conductos.Es idóneo como aislante térmico y acústico: ayuda a conservar mejor las temperaturas en el interior de la casa, al mismo tiempo que nos aísla de los ruidos del exterior o de las viviendas que hay por encima. Al crear un doble techo, se consigue hacer que el sonido encuentre una barrera mayor y no traspase de un piso al otro de forma tan evidente. Al conseguir a su vez un mayor aislamiento térmico, esto contribuye al ahorro energético de los hogares ayudando a contar con una temperatura más constante en las casas.
Funcionalidad estética: puede servir para crear diferentes alturas y jugar con ellas en una misma casa. También para separar ambientes de una misma estancia. Por ejemplo, crear un techo más bajo en la cocina cuando está abierta al resto del salón.
Es posible encontrarlos incombustibles, aportando así una mayor seguridad al inmueble. En caso de incendios actúan como una barrera contra el fuego.
Desventajas de los techos falsos:
Reduce el espacio y el campo visual de la estancia donde se instala, haciéndolo un poco más pequeño.Requieren un mantenimiento con cierta frecuencia y con especial atención según el tipo de material del que están compuestos. Para limpiarlos, primero se elimina en seco el polvo superficial, mediante bayetas o sistema de aspiración. Después, se puede realizar una limpieza más profunda, con máquinas a presión y productos específicos según la superficie a tratar, dejando actuar para conseguir que se desprenda la suciedad y desaparezcan los gérmenes.
En cuanto al coste del falso techo va a depender de dos factores: la extensión a cubrir y el material del que van a estar compuestos, al que sumar también el de los elementos que actúen somo aislantes. Sin olvidarnos de la mano de obra.
En resumen, la instalación de un falso techo es una operación con muchos beneficios, especialmente en cuanto a la estética y al aislamiento. Sin embargo, también hay que tener en consideración las dimensiones de la estancia.