Hace unas semanas iniciaba un post que en principio iba a ser una única entrada pero que, una vez que me puse a escribir y las letras empezaron a fluir a través del teclado decidí que dicho artículo tenía que ser dividido en algo más profundo y detallado pues el tema me parece que así lo requiere.
Hoy voy a pasar de la introducción del otro día y vamos a ir directamente al grano. Lo habíamos dejado en los diferentes tipos de sofás que nos podemos encontrar en el mercado y como elegirlos en función del espacio del que disponemos.
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Antes de seguir voy a hacer un pequeño inciso del que me acabo de acordar según escribía. Por favor, no os dejéis engañar de los diferentes elementos que suelen colocar en los planos de obra. Porque, ni los camas tienen 160 cm de largo ni los sofás 70 cm de fondo, pero sí que es cierto que queda muy bonito a la vista, tú coges el plano de tu futuro piso y ves todo allí, divinamente colocado y espacioso, cuando la realidad es otra, pero eso sí, vender, vende mucho.
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Una vez terminada mi “indirecta” hoy sólo quiero explicaros que ahora mismo en el mercado prácticamente podemos encontrar un sofá que se adapte a la perfección a nuestra morfología. A pesar de que tu chico te saque 25 cm, vais a encontrar el sillón perfectopara ambos.
Podríamos hacer 2 grupos principales en uno diferenciaremos por edades y en otro, por tamaños.
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En las edades, nos encontraremos a groso modo, mayores y más jóvenes. Estos primeros buscan un asiento más duro que les facilite levantarse con mayor facilidad y que además éstos, tengan poco fondo, ya que la posición en el sofá suele ser sentados, con la espalda bien apoyada en el respaldo y los pies en el suelo.
Para esto existen en el marcado tapicerías que fabrican sofás de hasta 80 cm de fondo, asientos duros -hay fabricantes que además te permiten elegir la dureza del asiento- y respaldos con riñonera, lo que permite que se adapte muy bien a la espalda, proporcionando así mayor comodidad.
Los más jóvenes tendemos más a tirarnos en el sofá por lo que buscamos todo lo contrario, más fondo y una sentada más acogedora y blanda.
Esto último podemos además enlazarlo con el tipo de morfología, ya que, en función de la altura necesitaremos más fondo y un respaldo más alto.
Una forma de buscar un punto intermedio es optar por un sofá que tenga el respaldo reclinable o regulable en altura y que además tenga los asientos extraíbles, de esta manera cada uno podrá adaptar su zona del sillón al gusto.
Personalmente y bajo mi experiencia, los sofás de respaldo muy bajo acaban resultando bastante incomodos con el tiempo así que ten este detalle muy en cuenta ya que ahora mismo la mayoría de modelos que hay en el mercado están marcados por esta tendencia tan poco practica que hará que con el tiempo te arrepientas de la elección de tu sofá.
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Tayber