El color amarillo limón es el color del sol, fuerza revitalizadora sin igual. En una casa, llena de luz cualquier espacio, reanima y despierta los sentidos. Un color alegre que combina a la perfección con el blanco, que potencia aún más su luminosidad. Transmite sensación de amplitud y es perfecto para estancias con poca luz.
El color mandarina es un color estimulante, infunde ánimo, es un color cálido ideal para crear un ambiente exótico. En pequeñas dosis, algunas paredes pintadas, algunos muebles, combinados con colores como el blanco o el crema, por ejemplo, crea una decoración decoración llamativa y alegre. Si no te atreves en aplicarlo en paredes o muebles, puedes optar por pequeños objetos en este color, algunos textiles o cojines, crearás ambientes con mucho dinamismo.
¿Y que pasa cuando se combinan ambos colores? Cuando se combinan ambos colores, conviertes cualquier en espacio en una fuente de dinamismo y fuerza, por un lado el optimismo y la vitalidad del mandarina, y por el otro la luz que irradia el color limon. La unión de ambos crean espacios llenos de energía que llenan de vitalidad y animan tu estado de ánimo de inmediato. Un buen mix si quieres introducir un poquito de color y alegría en tu hogar.
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