En muchas ocasiones el salón no nos representa. Hay un batiburrillo de cosas que hace que, aunque esté limpio y ordenado no luzca como debería, o bien todo lo contrario: en ocasiones, es tan correcto e informal que parece salido de una exposición de muebles y no dice mucho de ti.
Para encontrar el punto medio, vamos a mirarlo desde fuera. En primer lugar, retiraremos las cosas que hay y después añadiremos coherencia a lo que dejamos con colores o texturas. Empiezo por decirte las cosas que puedes (probablemente ) sacar de tu salón y al final del post te cuento cómo darle coherencia.
1. Souvenirs o recuerdos de viajes, comuniones bodas y bautizos. Los muñequitos de la comunión de tu hijo en la repisa no hace que lo quieras más, la botella con forma de gallo que trajiste de Portugal en la que se lee "Memoria do Portugal" no es bonita ni te recuerda más aquel viaje. Tampoco el recuerdito que te trajeron de Mallorca con la leyenda "Alguien que te quiere se acordó de ti en Mallorca" tus tíos tiene que estar ahí para que los recuerdes más. Lo mismo ocurre con la Torre Eiffel, La cabinas londinenses, etc.
2. Revistas viejas. En un tiempo a mi me encantaba coleccionar revistas de decoración. Si es tu caso, y te gusta guardarlas archívalas correctamente pero piénsalo primero: ocupan espacio, acumulan polvo y hoy día tenemos millones de imágenes de decoración en Internet renovadas a diario.
3 Cojines que no te gustan, cojines incómodos, cojines en exceso. Si tienes tantos cojines en el sofá que terminan por el suelo, o ya no se adapta a tu gusto su color o diseño, o se han vuelto duros de tanto usarlos, deshazte de ellos. Puedes reutilizar el relleno y ponerle una tela bonita si está bien, o reutilizar la funda con un relleno nuevo. O simplemente decirles adiós.
4. Pañitos y tapetes: para el sofá, mantelitos de croché, cortinas muy pesadas o muy complicadas de limpiar por sus volantes, lazos, etc. A ver, cada cual tiene su gusto y ahí no me voy a meter. Pero todos estos textiles al margen de las modas son complicados de limpiar, hay que plancharlos, almidonarlos en muchos casos, y dan sensación de abarrotamiento.
5.Lamparas complicadas, con muchos adornos, o pantallas de telas enrevesadas que se llenan de polvo. Es preferible una sola lampara sencilla con una luz agradable en un rincón que diez llenas de recovecos que no hay modo de limpiar bien. Si tienes un pie de lampara bonito puedes darle un aire nuevo con una pantalla lisa de un color que vaya con el ambiente. Si tu lampara de techo está anticuada, tal vez puedas quitarle las pantallas y los adornos y pintarla de blanco o algún color que le quite peso visual. Lo importante es eliminar ruido visual, y dejar bombillas que luzcan bien, siempre muy limpias y perfumadas. Por lo general, elige unas bombillas led que te ayuden a ahorrar, con luz blanca para la iluminación general y otras con luz más cálidas para las pequeñas lamparas de mesa.
6. Cables. Tenemos que ser implacables con esto. Nada perturba más un espacio que los cables sueltos. Revisa si puedes poner algún ladrón que agrupe varios cables que ahora se ven. Instala regletas para esconder cables: los venden en las ferreterías, son baratos, puedes instalarlos pegándolos a la pared y se pueden pintar del color de la pared. También puedes usar una base de recargas, que es como una pequeña cajita que permite cargar varios teléfonos etc a la vez. Dale a la imaginación y simplifica.
7. Muebles de sobra. Sí, he dejado para el final lo peor. En muchas ocasiones (a mi me pasa) tenemos en el salón más muebles de los necesarios. Esa consola que es tan bonita, aunque no quepa. Ese sillón que nos dio pena tirar cuando compramos los nuevos. Esa estantería tan práctica que iba a tirar nuestra hermana y que rescatamos en el ultimo momento... Nos da penita tirarlos porque cuestan dinero, porque no son feos, porque tal vez con una manita de pintura... porque me vale para la casa de la playa (cuando la tenga)... Dale la vuelta al pensamiento: Ahí no tienes nada que te aporte valor, solo tienes un monstruo que te roba el espacio. ¿De verdad lo quieres ahí? Vende, tira, regala.... haz lo que quieras pero recupera tus dominios.
Probablemente me estoy olvidando muchas cosas, porque cada casa es un mundo pero estas cosas te pueden inspirar para ver qué otras puedes retirar tú.
Cuando ya tengas solamente aquello que de verdad te gusta, aquello que te es útil y te identifica, intenta colocar los muebles de manera que no impidan el paso (de personas, de aire, de energía). Da coherencia a tu espacio con los colores. Una mano de pintura en los marcos de fotos y cuadros, por ejemplo puede hacer que parezcan menos y puedas agruparlos de un modo mas armónico.
Recuerda que los colores claros dan luz y espacio y los oscuros son más cálidos (generalmente) y pesados. Lo menos arriesgado suele ser usar un color claro y neutro para las paredes y techos (blancos, marfil, cremas, grises muy claros) a fin de potenciar el espacio y la luz y usar uno o dos colores más llamativos o personales para el resto del espacio. Puedes personalizar muebles, lamparas, jarrones, o cuadros con un poco de pintura o forrándolos con papel. Si decidiste cambiar los cojines o cortinas, cuando compres los nuevos recuerda los colores que has elegido para tu salón. No te salgas de ahí.
Por último te recuerdo algo que por sabido no está mal recordar siempre: en decoración menos es más. Es preferible tener una sola pieza decoración buena, que te guste y a la que no altere la moda ( el arte es perfecto para esto) que diez figurillas de baratillo que dentro de un año ya no te digan absolutamente nada.
¿Y tú, que más cosas sacarías de tu salón? ¿Como imaginas tu salón ideal? Cuéntamelo y buscamos el modo de hacerlo realidad gastando poco o nada.
Intento que mis trucos y recetas sean fáciles y baratas, y que entenderlas sea rápido y cómodo. Si te ha gustado, suscríbete y comentame tus dudas o aquello que creas que puedo mejorar.