El orden ayuda a despejar las estancias , a mejorar la distribución, a incrementar la sensación de luminosidad y a destacar la belleza de la simplicidad.
Pero claro, no siempre es fácil, la convivencia, los niños, las actividades de cada día, etc. nos ponen muchos obstáculos. Yo soy algo maniática del orden, creo que no es obsesivo, pero sí que lo tengo muy presente. Aun así, trabajando en casa y cada vez ocupando más espacio de la familia con mis “tareas” se me hace bastante difícil.
Entre los ejercicios de decoración, tenéis una ficha descargable para ayudaros con la primera tarea en decoración: orden en casa.
Si me seguís por aquí ya sabéis que acabo de transformar un rincón del salón para convertirlo en un espacio de trabajo a medida (dentro de poco os lo enseño enterito). Y es que mi salón sufre más que ninguna otra estancia de la casa la “multifuncionalidad”. Pero he conseguido idearme algunas soluciones que me ayuden a tener cierto equilibrio. Estos son mis trucos, reales y en algunos casos, bastante efectivos.
1. Muebles ligeros
Es la primera regla, aunque no todos mis muebles encajan en esta definición. En su día tenía una gran mesa de centro de madera, grande y pesada. Lo cierto es que era muy cómoda para cenas informales, tareas de las niñas, etc. pero ocupaba muchísimo espacio, así que la sustitutiva por las mesas kilo, mucho más ligeros y que las puedo mover a donde quiera.
2. Los textiles en armonía
Segunda clave. Y esta sí que es fácil de alcanzar. Tonos armonizados, una paleta similar, colores luminosos, se trata de jugar con los textiles. Los tapizados no son tan fáciles de transformar, pero tenemos la opción de las fundas. Y tampoco se trata de utilizar solo los colores neutros, que a nosotros nos encantan los contrastes! Pero los colores influyen mucho en la percepción de los ambientes.
3. Todos los rincones aprovechados
Aunque en realidad me encantaría tener zonas vacías, espacios negativos por toda la casa, lo cierto es que la falta de metros me obliga a aprovechar todos y cada uno de los huecos de casa. A veces me da por tirar y reemplazar, pero hay muchas cosas que luego echo de menos, y esta hueco al lado del aparador es el mejor almacenaje para cuadros, tablas y tableros.
4. La tecnología agrupada
La verdad es que ni siquiera utilizamos todos los aparatos, pero ahí están por si acaso. Podríamos deshacernos de algunos porque con un ordenador y una tele todo se integra, pero todavía los conservamos, así que cuidando muy bien de no pisar las rejillas de ventilación de cada aparato, los tenemos todos agrupados en un mismo rincón.
5. Cestas llenas de cosas, escondidas
Las cestas son mi gran balsa de salvación, siempre hay alguna merodeando por el salón, las habitaciones o el pasillo. Esta que escondo bajo la chaise longue está ahora llena de ropa para coser, pero en otras ocasiones recoge juguetes, ramas, revistas, papeles, y siempre la escondo bajo la butaca.
6. Mandos y otros cachivaches, en una caja
Este es mi punto débil. Las mil cosas pequeñas que siempre acaban por ahí y nunca tienen un “lugar”. Yo tenía una amiga que siempre se encontraba clips por la calle, decenas de ellos. Y lo de las cositas pequeñas siempre me recuerda a eso, clips, botones, cajitas, jugueteos… La caja de los mandos recoge estas cositas y además los mandos, cables, usb, auriculares, etc.
7. Libros amontonados, ni un hueco libre
Aquí tuvimos que ser radicales, o agrupamos todos los libros, o no nos caben. Y no se trata de ordenarlos en la librería,si no de agruparlos a lo bestia, unos encima de otros aprovechando todo el hueco.
8. Cajas de vino, para el mueble bar
Las botellas de alcohol, licores, etc, las guardo en dos cajas de vino de madera. Ni tengo sitio para un mueble bar, ni sería mi prioridad en el salón porque el uso que hacemos de ello es bastante escaso…
9. Baúles de alcanfor, para las mantas
Aunque yo soy de las de sofá y manta incluso en verano, cuando llega el calor me gusta guardar las mantas de lana fuera de la vista, y en este baúl de madera de alcanfor guardo además de las mantas, las fundas de cojín que reemplazo o retales de telas que me sobran.
10. Asume un poco de desorden
Al final, es el mejor de los trucos. Lo importante es el confort, la convivencia y la tranquilidad, así que los trastos por medio, en la vida real, fuera de Pinterest o las revistas, son el pan nuestro de cada día. Pero, ¿acaso nos son nuestras cosas? Es que esa dosis de desorden lo que evidencia es que es una casa vivida…