Hace algo más de un año, antes de plantearme esto de tener mi propio blog, estaba pintando a marchas forzadas este armario en un piso que se iba a poner en alquiler. El pobre mueble estaba en un comedor pequeño al final de un largo pasillo y daba a un patio con bastante luz, pero, debido a la altura del piso, no tenía precisamente mucha luminosidad, y era el típico mueble de salón en color madera oscura que hacía más pequeño y aún más triste aquel comedor.
Mueble clásico de salón comedor antes de pintar
El mueble estaba en perfecto estado y la dueña no quería tirarlo, así que di con la solución de pintarlo en un tono algo más atrevido, y estuve dudando entre pintarlo en color menta sacando los detalles en beige, que era una propuesta un poco más campestre, o bien en este azul cielo que quizás le aportaba un toque más “señorial” y que fue por el que finalmente me decidí tras llegar a la conclusión de que pegaba más con la estancia y con el resto del piso en general.
Retoques finales
En esta ocasión no usé la Chalk Paint de Annie Sloan, sino pintura de toda la vida, por lo que tuve que lijar, dar imprimación y varias capas de color. Le di protagonismo al interior pintándolo del mismo color que los detalles, en un tono beige tirando muy sutilmente a la gama de los amarillos, que le aportó calidez y luminosidad.
Detalles
Como veis, nada tienen que ver el antes y el después. ¡La sensación de entrar en el comedor es completamente distinta e invita a quedarse!
¡Espero vuestros comentarios!
¡Hasta pronto!
Laura