En esas estaba yo hace unos años cuando de pronto, mi voz interior me dijo: ¿en serio piensas vivir así mucho tiempo? Rotundamente no. Después de una dura jornada, lo que más deseaba era tener un espacio donde relajarme y disfrutar unos momentos de tranquilidad, aunque solo fueran unos pocos minutos. Mirar a mi alrededor y sentirme bien, a gusto. Así que, me lié la manta a la cabeza y empecé a hacer La gran Limpieza, esa en la que tiras sin escrúpulos y cuanto más tiras mejor te sientes. Si bien no la terminé y aún hoy me quedan espacios que revisar para seguir tirando, ese año reduje casi a cero mis compras y saqué de mi casa más de 15 bolsas.
Ahora que lo veo con perspectiva, tengo claro que es lo mejor que pude hacer. Saber exactamente lo que tienes en cada parte de tu casa, te ahorra tiempo a la hora de buscar y te ahorra dinero a la hora de gastar. Además, tener un lugar para cada cosa te permite ordenar de forma más rápida y, por tanto, tener más tiempo para otras cosas, como por ejemplo, tiempo libre ;)
Y en esta felicidad estaba, cuando me topé con un libro del que todo el mundo hablaba: La Magia del Orden, de Marie Kondo. Decidí comprarlo para confirmar si estaba en lo cierto. Si todo lo que había hecho a lo largo de mi vida por mantener el orden tenía sentido o había algo más que se podía hacer. Me sorprendió descubrir que el libro que ha vendido millones de copias en todo el mundo, hablaba precisamente de lo que yo había hecho. Incluso me permitió recordar que yo también había tenido interés por ordenar desde muy pequeña, aunque sin llegar a los extremos de la escritora. En resumen, el libro confirma los beneficios del orden y te enseña a liberar tu casa de todo aquello que no te hace feliz.
Mi caso no es aislado, la mayoría de los mortales vivimos con las casas al límite de sus posibilidades. El modo de consumir de las últimas décadas ha saturado los hogares, si te gusta una camisa, la compras en los tres colores disponibles. Si vas a comprar un pijama, te llevas dos para aprovechar la oferta 2x1. Si vas a comprar tomate frito, te llevas 10 paquetes para que te regalen una bolsa de playa que, por cierto, jamás utilizarás. Y sí, en un primer momento proliferó el alquiler de trasteros para almacenar lo que no cabía ya en las casas. Pero aquello terminó siendo un parche y no una solución al problema de espacio.
No es de extrañar que, con este panorama, haya salido a la luz una nueva profesión: La de organizador/a. Se trata de una persona que visita tu casa y establece un sistema eliminación y almacenamiento, adecuado a tu estilo de vida. En España es una profesión aún muy reciente pero muy demandada. Parece que empezamos a ser conscientes de la necesidad de tener orden en casa, si queremos que nuestra vida sea algo más que una consecución de tareas. Necesitamos poner orden para dejar espacio a cosas como el descanso. Algo que dejó de estar de moda y algunas queremos recuperar.
Ahora, terminaré de escribir este artículo y me pondré a coser, relajada en mi sofá, con la misma paz que se respira en un salón de te. Porque puse orden en mi vida ;)
Y tú? A qué esperas para dar el paso?
Si te quedas con ganas de más, podrás encontrarlo en el curso "Mucho más que Tiempo", porque tener tu vida en orden te deja tiempo para lo que más te gusta ;)
Un besazo y feliz semana!!