Las carcajadas que escondemos por si alguien nos está mirando, no vayamos a armar un poco de escándalo. Los libros que nos perdemos porque nadie habla de ellos. Los te quiero que vamos guardando y es que, total, qué más da, si ya lo sabe, no hace falta que se lo diga. Las llamadas que no hacemos porque seguro que estará ocupado, si él siempre tiene mucho trabajo. Los buenos días que no damos a ese desconocido porque, si ya no volveremos a cruzarnos con él, tampoco es tan necesario, ¿no?
Y las flores que te gustan pero que se quedan ahí, en la tienda, mientras piensas que alguien te las regalará, más tarde o temprano. Sí, de acuerdo, eso es todo un detalle(azo) que convierte un día bonito en un día aún más bonito. Pero también las puedes comprar tú mismo, porque sí, por ti, porque te las mereces y porque una casa con flores siempre es más casa. Pues eso, no nos perdamos tantas cosas,
ni flores ni todo lo de antes, por favor ;)
Sed felices,
Vía