Cuando creamos la pequeña oficina en casa, tenía clarísimo que quería tener un sofá pequeño en ella. No se, siempre me ha gustado la idea de tener un sofa de dos plazas en casa, pero como sabéis, en el salón tenemos el de tres plazas más chaiselongue y aquello es enorme!, así que pensé.. como este espacio va a ser pequeño, por fin podré tener el sofá que siempre me ha gustado.
En el salón lo tenemos grande ya que cuando vienen visitas en casa, nosotros lo utilizamos de cama, así que nos va genial, pero para el estudio es demasiado grande. No tenía muy claro que tipo de sofá buscaba pero si que quería que fuese marrón. Me daba igual si era de tela, de terciopelo etc.. pero tenía que ser ese color.
Después de buscar en sitios de segunda mano, al final encontré un Kivik de tres plazas pero... oh oh!!, cuando lo fuimos a buscar estaba dañadísimo!, los reposabrazos arañados por los gatos, las cremalleras no tenían carro, había un trozo de madera roto.. en fin!, al final lo sacamos por un buenísimo precio y nos lo llevamos a casa.
Probé y reprobé de las mil y una forma posibles en tintar esas fundas lila de color marrón pero no había manera, así que al final me puse en contacto con los chicos de Comfortworks para ver si podíamos realizar una colaboración y probar esas fundas que tan buena pinta tienen. No se si es que los astros se alinearon o lo que pasó, pero ellos mismos fueron los que me propusieron las fundas Savannah Sandle, unas fundas marrones de las cuales estoy enamoradísima!.
En mi caso, el sofá que tengo es el modelo Kivik de Ikea, pero ellos tienen un montón de modelos de sofá donde vosotros podréis escoger el vuestro..
El trato fue super agradable y amable y además super rápido!, y el día que recibí las fundas en casa estaba que saltaba de alegría!, por fin, tenía mi sofá marrón que tanto había deseado.
No pude sacar las fundas sin antes fotografiarlas porque el packaging era super bonito, venía todo dentro de una funda blanca con una tarjeta y además llevaba una pequeña nota.
Sinceramente, cuando saqué las fundas y las coloqué me enamoré a primera vista de ellas. Los acabados son geniales y de una calidad buenísima. A parte de todo esto, tienen un pequeño puerto usb donde puedes cargar el móvil sin tener que moverte del sofá, creo que no se puede pedir más.
Y por si colocar la fundas no fuese lo bastante fácil, cada una lleva una pequeña etiqueta que te indica en que parte del sofá va. Me parece un detalle genial!
La habitación ha dado un cambio espectacular y cada vez se va acercando más a esa pequeña oficina que siempre me había hecho gracia tener. Todavía le falta bastante porque hay que trabajar un poco más en la decoración, pero poco a poco os iremos enseñando cosas nuevas.
¿Que os parecen? ¿A que ha cambiado completamente el sofa?, Nosotros estamos encantadísimos así que si alguna vez necesitáis algún tipo de funda para vuestro sofa de Ikea, no dudéis de poneros en contacto con ellos, seguro que encontráis alguna cosa que se os ajusta!.