Por un lado tenemos los que se transmiten a través de ondas sonoras, que son los más fáciles de reducir. Es decir, se trata de los ruidos que vienen de los vecinos con los que compartimos pared. Así, con un buen aislamiento en casa lo tendríamos solucionado.
Por otro lado, tenemos los ruidos de impacto, que vienen de vibraciones que se propagan por la estructura del inmueble. En este caso es más complicado, pues nuestro bienestar dependería de que el vecino de arriba quisiera meterse en reformas para incluir un aislamiento en el suelo.
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De este modo, cuando tenemos problemas de ruidos con los vecinos lo mejor es comenzar por lo más sensato, que es acudir a hablar con los mismos, con el objetivo de llegar a un acuerdo y evitar o reducir los ruidos exagerados e innecesarios. Incluso podemos estudiar previamente la legislación en temática de ruidos de nuestra comunidad autónoma y la Ley de Propiedad Horizontal, por si nos vemos metido en algún conflicto. Por su parte, también podemos recurrir al presidente de la comunidad o a la administradora que lleve la finca para realizar una queja formal, comprobar si hay más vecinos afectados y así poder hacer más fuerza sobre el causante del problema. En un último recurso nos veríamos obligados a acudir a la justicia, ya sea a nivel individual o conjunta con la comunidad, con los gastos y el tiempo que esto conlleva.
Así, con el objetivo de evitar llegar a este último recurso, podemos optar por realizar reformas en casa que mejoren el aislamiento y reduzcan el ruido que nos llega desde fuera. Por ejemplo, podemos poner en las paredes que nos separan del vecino paneles de pladur, que absorben la vibración antes que el ladrillo. Eso sí, si nos decidimos a recurrir a un profesional que nos solucione el problema, debemos ser conscientes de que el ruido por completo no va a desaparecer, y no dejarnos engañar por alguien que nos prometa lo contrario.
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Si nuestro problema viene derivado de un ruido por impacto, la única solución es aislar por completo la vivienda, tanto suelos, paredes, techos... teniendo mucho cuidado con las vigas, los muros de carga y las bajantes.
A la hora de aislar paredes se suelen emplear materiales como la lana de roca, paneles multicámara, tela asfáltica... aunque este tipo de materiales normalmente solo son instalados por profesionales. Si queremos hacer el trabajo nosotros mismos, tenemos la opción de comprar en centros de bricolaje materiales aislantes fáciles de instalar. Por ejemplo, podemos instalar revestimientos o zócalos en las paredes, colocar un nuevo suelo de baldosas de vinilo autoadhesivo...
Por supuesto, también podemos aprovechar para sustituir las ventanas de toda la casa y reducir así el ruido que entra del exterior del edificio, instalando nuevos modelos de PVC con doble acristalamiento.
Aquí podréis encontrar más información para vuestra vivienda...