Si te soy sincera, no hace tanto tiempo que las cortinas de cristal y yo nos conocemos. El culpable de que hoy te hable de ellas fue un cliente amante de las terrazas. La suya, generosa en dimensiones a pesar de ser un balcón, la quería usar los 365 días. Así que buscando, buscando, acabé buceando en Lumon, una empresa pionera en el acristalamiento de terrazas cuya foto de portada es una preciosa y fotogénica familia desayunando feliz en su terraza-balcón, con una frase que dice …
¿Te imaginas poder disfrutar de tu terraza cuando hace sol, cuando llueve, cuando nieva o cuando hace frío?
Pues eso. Justo eso es lo que quería mi cliente. ¡Si hasta se parecía al tipo de la foto!
Balcones más estéticos y salones más luminosos
La realidad es que hasta ahora no me había seducido la idea de cerrar un balcón. Probablemente porque a pesar de las ventajas (reducción del ruido, suciedad o ahorro energético), los cerramientos tradicionales nunca han sido estéticos. Demasiada perfilería para tan pocos metros. Tanta, que la luz apenas llega a los espacios adyacentes (salones en su mayoría) limitando sus posibilidades decorativas. En definitiva, un crimen.
Esta apertura completa también tiene otra ventaja operativa: facilita la limpieza de los cristales desde dentro de la terraza. Sin riesgos, nada de misiones imposibles amarrado a un arnés. El único mantenimiento que requiere este sistema es lubricar las piezas de plástico una o dos veces al año.
Pero un cerramiento de balcón conlleva cierta responsabilidad al estar expuesto a la calle. El vidrio siempre debe ser templado y calculado para cada obra pues hay variables muy serias a tener en cuenta: la presión del viento, fuerzas de succión, esquinas, curvas o la propia altura del inmueble (aunque esto no sea Nueva York). Por eso debes asegurarte de contratar empresas especializadas que te garanticen el material y la instalación, al igual que cumplan con la normativa local y vecinal. Me da rabia parecer tu madre, pero déjame recordarte que lo barato sale caro, hijo.
Un cerramiento de cristal para porche también puede resultar ventajoso. No niego que es una decisión difícil, pues cuando uno se compra un ático o un adosado se supone que lo hace para disfrutar del aire libre. Pero al final llega el día —después de muchas inclemencias— en que la frase cerrar-porche recorre tu espina dorsal y ese día, ese día no puedes evitar sentirte un traidor.
Entradas protegidas
Eso sí, debes tener claro que no son estancas al 100%. Pero te diré que reducen el ruido a la mitad y minimizan la pérdida de energía del interior de la vivienda hasta un 34% —por no hablar de la protección contra la humedad, polvo y desgaste que experimentan los porches y su contenido—.
En mi casa, por ejemplo, este sistema me encajaría como un guante en el porche de entrada. Y es que odio el frío que se cuela cada vez que abro la puerta. Pero todavía me quejo más de la lluvia que empapa todo el porche y que irremediablemente metemos en casa. ¡Buah!, ya me imagino la cortina de cristal puesta, riéndome de todo esto mientras admiro las preciosas vistas del horizonte que tengo desde mi porche. Sí, definitivamente, I glass curtains!