Hoy un DIY muy, muy facilito y barato para participar en la 99 edición de los
Findes Frugales de Marcela Cavaglieri: síííí, la próxima convocatoria el
viernes seis de noviembre será el finde frugal número 100 y lo celebraremos
por todo lo alto con una gran fiesta dorada.
Una edición que seguro será especial para todas, pero ésta de hoy también
lo es para mí puesto que es la primera en la que participo tras desvirtualizar
a nuestra anfitriona: Marcela estuvo de vacaciones por Europa y durante su
estancia en Madrid pudimos conocernos y disfrutar de un día encantador
como os cuento más abajo.
Pero primero os mostraré cómo hice este hazlo tú mismo frugal.
Materiales que necesitaremos:
-un cordón grueso.
Yo utilicé uno de lana virgen en preciosos tonos
azul-verdosos que adquirí en Tiger.
-hilo del color más parecido al cordón utilizado.
-aguja y tijeras.
La ejecución no puede ser más sencilla: iremos enrollando en espiral el
cordón y cosiéndolo con puntadas estratégicas para que quede unido.
El extremo exterior lo dejamos suelto y unido con una vuelta para
poder colgar nuestro salvamanteles en un gancho de la cocina y
tenerlo siempre disponible y a la vista porque quedó lindísimo.
¿No os parece?
Lindo en nuestra cocina y lindo en nuestra mesa al tiempo que
la protege y salva de quemaduras.
Y aquí está nuestra Marcela, cámara en mano, inmortalizando rincones y
tesoros de El Rastro madrileño.
La acompañábamos su marido Edu, nuestra compi bloguera Lorena de
Amor por la decoración y una servidora (qué castizo suena dicho así).
Marcela es tal cual imaginaba: una mujer muy interesante, cariñosa y
acogedora.
No paramos de hablar, compartir y reírnos pues tiene la gran suerte de
tener a su lado un hombre lleno de vitalidad y buen humor. Una pareja
destinada a encontrarse y compartir el viaje de la vida, hecho que
supieron de inmediato pues se casaron a los dos meses de conocerse,
formaron una preciosa familia con sus dos hijos, Mathias y Camila, y
siguen irradiando amor.
Una de las cosas que todas las bloggers reconocemos es la capacidad
de este medio para conocer y entablar amistad sincera con personas a
las que no conocemos físicamente pero con las que compartimos gustos,
inquietudes y, a lo largo del tiempo, experiencias a través de las lecturas
de nuestras bitácoras.
Marcela hablaba de mi Javier como si lo conociera, igualmente de Rubén,
el chico de Lorena, y nosotras de Camila y Mathias.
Realmente sigue sorprendiéndome la capacidad del mundo 2.0
para acercar personas.
Pateamos El Rastro de Madrid de la mano de Lorena, fantástica conocedora
de esta zona que nos llevó a las mejores tiendas de antigüedades, vintage y
retro, como La Recova.
El encuentro resultó tan agradable que el tiempo se nos pasó muy rápido y al
final del día nos dimos cuentas que apenas habíamos tomado fotografías y
hasta nos habíamos olvidado del pobre Instagram.
Marcela no vino con las manos vacías, llegó cargada con lo que más la
caracteriza: maravillosa inspiración.
Un ejemplar dedicado de su libro Inspiración Vintage, un sueño que a
finales del pasado año hizo realidad tras un trabajo arduo y muy cuidado.
Gracias a ti, Marcela, por inspirarnos, por motivarnos a elevar lo cotidiano,
a tomarnos ese tiempito para crear algo lindo y hacer de nuestras casas
acogedores hogares.