Sobre el papel parece una auténtica pesadilla, casi como la película del día de la marmota. Pero si lo miramos con cierta perspectiva… tampoco se trata de una muerte súbita, no os parece?
Hay quien sufre aquello denominado síndrome post-vacacional. Nos volvemos irritables, decaídos, con una sensación de apatía gigante, desanimo de todo… esto señores, es algo que padecemos todos los seres vivientes del planeta cuando hemos disfrutado de lo bueno y se nos rompe la burbuja al llegar su fecha final.
Una cuesta mas empinada que el propio kilimanjaro!!!
Los días de olvidarte del reloj, el móvil y el ordenador, cuando te despiertas a la hora que quieras, vas a la playa, terraceo, comes cuando te da la santísima gana y te acuestas a las mil después de pasar un rato inmejorable con familia y amigos tiene caducidad. Ahora el volver a tu día a día se hace algo difícil de soportar durante la primera semana.
Realmente, suena mas duro de lo que finalmente llega a ser.
LOS INICIOS,
Es cuestión de tener la mente en actitud positiva e ir paso a paso…
No tienes que comenzar al 100%, hazlo de manera gradual y te será mas llevadero. Te lo dice una que lleva una semana de dura situación post-vacacional y que tras pasar tres días a todo gas ya está extenuada. Razón por la que he decidido ir de manera gradual hasta llegar a mi rutina habitual.
Primero y esencial HAZ LISTAS!!!
Prioriza necesidades en el trabajo y en casa. Al ir tachándolas y ver que avanzas, te dará ánimos y continuarás de manera mas amena.
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Volver a trabajar después de vacaciones es duro, no nos engañemos, pero mejor no darle demasiadas vueltas o recordar lo que falta para las siguientes vacaciones. Ponte metas mas realistas y cercanas, no pienses únicamente en lo que debes o tienes que hacer.
Aprovecha que aún es verano y hay muchas horas de luz para que cuando termines tu jornada de trabajo no te parezca que el día se te escapo de las manos.
Piensa en proyectos que te gustaría realizar, re-decorar alguna estancia de tu casas, reformar o rehabilitar algún mueble, apuntarte a algún taller que avive tu creatividad o tirarte de cabeza a los DIY. Aprovecha tu tiempo libre con cosas que te gusten y mejoren tu estado anímico.
En conclusión, SE POSITIVO!!!
Has tenido la gran fortuna de tener unos días de relax y descanso y ahora toca comenzar a gastar esa carga de pilas en el trabajo.
Lo bueno de las vacaciones es justo eso, el kit-kat de nuestra vida real, nuestra válvula de escape y mascarilla de oxigeno tan necesaria durante unos días. Pero nunca debemos olvidar, que conste que yo lo intento con todo mi ser…, que nuestra encorsetada vida es algo necesario y muy beneficioso para nuestra mente y cuerpo. Porque a pesar de adorar nuestro días de viaje y excesos, al volver a casa nos tiramos en el sofá y solamos aquello de …Ay, qué bien, mi casita!!!
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Si esos grandes momentos se convirtieran en lo normal, no nos sabrían tan bien, siempre lo bueno si es breve dos veces bueno ;-)
Bienvenidos a la dura realidad!!!
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