Un respaldo así no se ve todos los días, con esas curvas modernistas ; eso es lo que pensó Rosa cuando secuestró por amor esta preciosidad de casa de su tía. No para un lavado de cara, no… quería cambiarla de verdad.
Como la mayoría de las sillas que entran al taller, esta también llegó desfondada, con un barniz oscurecido por el tiempo y varios tapizados bajo la tela principal. Esto es muy normal encontrarlo, pero qué conservar y qué no, eso es lo más interesante de esta silla.
Tras quitar innumerables clavos apareció la segunda tela, y debajo vemos una capa de guata. Esta silla ya se ve que tiene un tapizado de más de 50 años, veamos la torta.
Aquí viene la maravilla, el verdadero trabajo del artesano: esto es la “torta” de un asiento tradicional, (crin vegetal dentro de la arpillera y cosida que da forma al asiento) no es que sea una gran obra pero está impecable, con un guarnecido bien hecho, sin roturas y bien sujeto al bastidor. Decidimos no retirarlo y aspirar para limpiar bien. Vamos a darle la vuelta y ver cómo anda de cinchado.
Nada más ver esto, decidimos empezar la casa por el tejado: recincharemos desde abajo para no deshacer la torta, así que quitamos todos los clavos y descosemos lo que queda de los muelles. Destapizando veremos un sin fin de variantes en cuanto a poner muelles, cómo se atan, qué tipos de nudos y cuántos emplean por muelle, etc. Es muy interesante!
Tras cinchar con cincha de yute, respetando el trabajo anterior, y volver a coser los muelles como hemos visto en post anteriores de tapicería, aplicamos una fórmula restauradora casera y afortunadamente conseguimos limpiar por completo todas las capas de acabado anteriores sin utilizar apenas un trozo de lija. Esto es fantástico para conservar la pátina de la madera, y más aún de una pieza así.
Ahora teníamos dos opciones: No hacer nada y dejar la madera en natural es la que hacemos el 95% de las veces, o bien dar una veladura clara con madera vista para darle otro aire a la madera. Rosa decidió ser valiente, y tras ver cómo quedó el cabecero azul y con intención de poner una tela nada corriente se puso manos a la obra en clase.
Ya solo falta algo de relleno en el asiento para volver a envolver la torta. Le hemos puesto una preciosa tela de lino natural, pintamos unas rayas con exactamente el mmismo tono de la veladura y pusimos un transfer que ella misma eligió, y… aquí está Milady! lista para el baile!
Este trabajo ha sido realizado por Roseta Burgos Orts en clase de Restauración, un grupo maravilloso de gente que viene cada martes y jueves a trabajar en sus piezas y que me encanta recibir en el taller. Gracias Rosa por compartir a Milady con el grupo.
Además, cada sábado tenemos talleres de transfer, tapicería, decapé y tintes y ceras. Durante 4 horas aprendemos de forma intensiva estas técnicas.
Si quieres unirte a nosotros aquí tienes más información.
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