Una sociedad como la nuestra de actividad frenética nos empuja a todas horas a aplicar el principio de que el tiempo es oro a cada momento del día y de la noche. Ni siquiera ya el sueño es refugio de la prisa.
Pero aún no es tarde! Hay alternativas para reducir la velocidad y vivir una vida lenta. ¿Conoces el movimiento slow?.
Slow no se trata de vivir en una tumbona (que no estaría mal) se trata de encontrar el equilibrio entre el dolce far niente con el dinamismo de nuestra época. Ser lento significa permanecer sosegado incluso ante situaciones que nos fuerzan a acelerar. Recuerda, las cosas importantes no deberían acelerarse.
¿Le hacemos un hueco a la lentitud?
¿Construimos juntos un templo para el sosiego en el que replantearnos nuestra relación con el tiempo? Ningún lugar mejor que nuestra casa para saborear y disfrutar la vida.
En azul bereber encontrarás, siempre que quieras, inspiración para crear un espacio relajado en el que dejar de lado el reloj y reducir la velocidad. Un lugar lento en el que rodearte de objetos hechos a mano, sin prisas, por manos artesanas, que le den alma a tu casa.
Las puertas están abiertas. Bienvenido.
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