Hace unos días os daba la noticia por RRSS que en octubre seremos uno más en la familia. Tenía muchas ganas de contároslo, y es que compartir estas noticias siempre te hace muchísima ilusión. Siempre hemos sido muy prudentes a la hora de anunciar el embarazo, y hemos preferido esperar unas semanas de rigor, pero la verdad es que con este segundo embarazo ha sido difícil “esconderlo” ¡porque la barriga ha salido muy muy pronto!
Siempre habíamos tenido claro que no queríamos quedarnos únicamente con un hijo, siempre nos hemos imaginado con más. Ahora tampoco os penséis que quiero hacer un Verdeliss (que la admiro muchísimo de verdad), pero que con una sola tampoco. El amore dice que se planta ya, yo por ahora no voy a decir nada porque estoy en ese momento que os diría que quiero tener 4 más y en el posparto os estaré diciendo que me ligo las trompas… Así que ya iremos viendo como va el camino.
De momento aquí estamos, disfrutano de el segund@ con muchísima ilusión. Aunque siempre habíamos tenido claro que queríamos más, también sabíamos que necesitábamos una estabilidad a nivel de sueño. Ya sabéis las que me seguís de hace tiempo, que el tema de dormir ha sido realmente duro con Valentina y hasta que no empezó a dormir bien (entendamos bien como dormir 5-6 horas seguidas estabilizadas y creciendo; y sabiendo que hay etapas y que se ponen malos, etc.) Pero vamos, que hasta que no dejamos atrás aquellas noches de desvelos cada hora y media y pasearnos por la calle en plena madrugada no nos vimos con fuerza suficiente como para afrontar un segundo hijo. Y os confieso que hubieron épocas en las que pensé que este nunca llegaría, por que claro, si la menda pensaba tirarse así años, yo no me veía capaz de tener un bebé de semanas haciendo sus tomas y la otra 3h despierta en plena noche.
Pero pasó, Valentina empezó a dormir y como si nada, empezamos a recuperar esas horas de sueño, a descansar, a disfrutar de la noche, del ratito para el amore y yo… Y como el cuerpo es sabio pues afloraron en nosotros las ganas de tener un segundo. Y fue de una manera muy especial.
Un día estábamos comiendo los 3, y Valentina dijo o hizo alguna de las suyas. La verdad es que no recuerdo bien bien lo que fue pero los tres estallamos en carcajadas. Y fue en ese momento en el que el amore y yo nos miramos y supimos lo que estaba pensando el otro: faltaba alguien más en la mesa. ¿Os ha pasado alguna vez? Esa sensación de que falta alguien, de que no estamos todos, de que no estamos completos.
Por supuesto en el momento en el que decides que quieres ir a por un segundo no siempre sucede de inmediato. Al menos nosotros, no hemos tenido ese don. Y aunque en un principio nos hubiera gustado que se llevaran menos, ahora creo que será perfecto. Todo pasa por alguna razón. Valentina está pasando una época muy intensa con las rabietas y convivir con ellas y con un nuevo miembro en casa hubiera sido complicado. Así que esperemos que estos meses que quedan, al menos, hayan bajado su intensidad. Y por otro lado, también ha llegado el momento, porque así lo sentimos las dos, de separarnos unas poquitas horas durante la mañana. Antes, ella no estaba preparada, y yo tampoco y quizás hubiera sido muy forzado con tal de prepararla para la llegada del nuev@ hermanit@. Y en este caso ha sido como ideal. Hay mañanas que llamo al amore diciéndole: “¡es que se queda genial!” Me parece increíble que hayamos llegado ya a esta etapa.
Y para mi, también ha sido muy importante tener estas horitas por la mañana para poder descansar y poder hacer gran parte del trabajo que requiere llevar este blog y las RRSS. La verdad es que este segundo embarazo no está teniendo nada que ver con el primero. Los tres primeros meses fueron durillos, y yo estba muy bien acostumbrada con Valentina que prácticamente ni me enteré hasta que noté la primera patada. Con este han habido vómitos, nauseas, mareos… y un cansancio que por supuesto no podía satisfacer porque tenía a una que me requería al 100%. Pero al fin esas semanas han pasado, y aunque tengo algún día malillo, es totalmente soportable.
Todo este malestar también ha ido de la mano de una crisis de creatividad súper heavy. Supongo que mi cuerpo estaba 100% dedicado a la gestación de un nuevo ser y no estaba para nada más. Es por ello que estos último meses he publicado mucho menos en RRSS y en el blog, porque además de no encontrarme bien, tampoco se me ocurría que aportar o ofreceros. Fue entrar en el segundo trimestre y aflorar en mi nuevas ideas y propuestas, así que aquí estoy con muchas ganas de contaros todo lo que tengo en mente.
No sé como van a ser los siguientes meses, ni como va a afectar mi presencia 2.0 con la bimaternidad, lo que si que tengo claro, y eso me lo ha enseñado Valentina, es que al cuerpo hay que escucharlo y hacerle caso. Y que al final, hace dos años tomé una decisión y un cambio de vida con un único objetivo: estar en casa, criar, vivir y acompañar los primeros años de mis hijos, así que esa va a ser siempre mi prioridad. Llegará un momento en el que me irán necesitando menos (con V empiezo a vivirlo ahora y es todo un mundo de emociones) pero por otro lado emprendo una nueva aventura. No os lo voy a negar: ¡estoy cagada! El posparto de Valentina fue durísimo, lo recuerdo como una época muy oscura de mi vida y que no me gustaría repetir. Así que espero que la experiencia me sirva de aliado y que las nuevas exigencias de convivir con una bebé y una salvaje de casi 3 años no pesen más que la ilusión de poder vivir de nuevo el nacimiento y los primeros meses de una vida.
No me enrollo más, que ya sabéis que con estos temas me doy cuerda y no hay quien me pare. Ya os iré contando todo lo que me viene a la mente estos meses. He visto por RRSS que somos muchas esperanzo para otoño así que ¡mucho ánimo a todas! ¡Hasta la próxima, mil gracias por leerme siempre!