Dicen que nuestras casas son un reflejo fiel de quienes vivimos en ellas, así que cuando es un artista el propietario de la misma, siempre encuentro algo especial que las hace diferentes. Es como si dieran un pasito más, porque su creatividad ha de aflorar por alguna parte. Y para muestra la vivienda de hoy en Melbourne, cuya propietaria es la fotógrafa Eve Wilson y su familia.
En origen se trataba de una pequeña cabaña de madera (al final del post podéis ver la imagen), pero una extensión del Studio Bright, obró el milagro. Eso sí, era todo un reto ya que el espacio era escaso y había que darle un sentido a cada rincón del que disponían, con la premisa, además, de incluir un patio interior en tono al que girara toda la casa. De ahí los bloques utilizados para la fachada que cumplen varias funciones, por un lado, proporcionan intimidad, también son un buen soporte para las plantas (un apoyo a modo de jardín urbano) y, por último, permiten que pase la luz a través de sus huecos creando un bonito juego de luces y sombras. Como imagináis, estos bloques son el sello de identidad de la casa.
El salón, la cocina, el comedor y el patio están conectados, aunque pueden independizarse a demanda. Dos grandes cerramientos de cristal permiten cerrar las puertas del patio pudiendo atravesar del salón a la cocina a través del pasillo. Este, tiene gran protagonismo y funcionalidad, se le ha dotado de mucho espacio de almacenaje, así como de chimenea en un lado y en el otro, zona de descanso. Es este pasillo precisamente, el que conduce a la vieja cabaña (donde ahora se encuentra la cocina). Los muebles de cocina están pintados en un precioso verde grisáceo, el color Dollar de Dulux, mientras que para las escaleras se eligió un tono más oscuro, el Shire también de Dulux.
En el baño se ha continuado con esta misma gama de colores en tonos grises. Tiene la particularidad que sobre la bañera hay una claraboya, por donde se puede disfrutar de la luz natural o de las estrellas, depende del momento elegido para darte el baño.
Para la habitación de la niña se ha elegido un tono más romántico, un rosa palo llamado Chinchilla Chenille de Dulux y una decoración sencilla con literas, una balda volada a modo de pupitre y una composición de láminas en la pared. Igualmente, en el otro dormitorio infantil, se ha apostado por forrar una pared con corcho, en la que va el escritorio, y poner una cama nido a continuación, unas sencillas baldas y un póster completan la deco.
La habitación principal está resguardada de miradas indiscretas gracias a sus muros de ladrillo donde, además, se enredan las plantas creando un oasis de paz. La cama va empotrada en un mueble de carpintería que alberga los armarios y las mesillas a los lados y en lugar de cabecero, la parte central se ha pintado en un tono más oscuro, enfatizando así esa zona de la pared. Para el baño del dormitorio principal, se ha elegido un tono rosa empolvado que contrasta muy bien con las maderas y los tonos de la habitación, a la vez que hace juego con los textiles de la misma.
Pero todavía esta casa esconde una sorpresa más en el tejado, una preciosa terraza desde donde divisar toda la ciudad.
¿Os gusta este tipo de vivienda o sois más tradicionales?
Fotografía: Eve Wilson para The Design Files