Hay personas que tienen "mano verde" y su sola presencia hace reverdecer
todo lo que está a su alrededor, como E.T. con su dedo mágico.
Es el caso de mi madre.
En las distintas viviendas que hemos tenido siempre ha habido jardín y,
además, alguna galería para las plantas de interior y preparar esquejes.
Ahora que están tan de moda las junglas urbanas me doy cuenta que en
casa siempre hemos tenido una: el único "capricho" que mi madre ha
exigido y el espacio en el que se encuentra más feliz.
Recuerdo cuando empezamos a vivir solas en el piso de Madrid: tenía una
terraza y quisimos llenarla de plantas que sobrevivían a duras penas a
pesar de los cuidados que les prodigábamos.
Era llegar mi madre y las plantas ya mostraban otro aspecto, incluso antes
de que "las interviniera".
Cuando me casé empecé a crear y cuidar un jardín, poco a poco fui
aprendiendo, no se me daba mal, pero las plantas de interior siempre
se me han resistido.
No soy mala jardinera pero no tengo mano verde, como tampoco
he heredado los maravillosos ojos verdes de mi madre, su capacidad
de entrega, su paciencia...
Las fotografías que hoy comparto con vosotros son de los distintos espacios
verdes de la casa de mis padres: la galería, el jardín de la fachada y el jardín
interior.
Hay una plantita que mi madre plantó en una jardinera y que cada año me
sorprende porque desaparece en invierno y en primavera las semillas que
dejó caer la temporada anterior empiezan a germinar invadiéndolo todo,
literalmente. Ya en un post anterior os mostré este pequeño milagro (aquí).
Me encanta ver cómo a principios de mayo comienzan a salir los primeros
brotes y cómo van desarrollándose, dejándose caer si están en macetas
colgantes o extendiéndose si están en el suelo.
Las semillas han ido pasando a otros espacios y nos regalan postales
como éstas.
He estado intentando averiguar su nombre por la red sin resultado.
Quizás alguno de vosotros lo conozca y me encantaría encontrarlo en
alguno de vuestros comentarios.
Siempre es un placer disfrutar de los espacios de mi madre, aprender
de ella, compartir con ella.
Ella es puro verde, la personificación de la Naturaleza,
como una diosa primigenia de la fertilidad.
¡Te quiero Mamá!