¿Sabes cómo cerrar tu piscina y protegerla ante el invierno que se avecina? Te contamos todas las cosas que has de hacer para lograrlo. Así ponerla a punto el próximo verano será pan comido… ¡Y mucho más barato! Toma nota.
Poco a poco el verano toca a su fin. Y aunque todavía nos acompañan el calor y las altas temperaturas (y seguro que lo siguen haciendo durante una temporada), nuestra mente está ya en modo “vuelta al cole”. Septiembre (y la rutina) así lo impone. Es el momento de recoger los bártulos de las vacaciones, cerrar tu piscina, y seguir disfrutando de las zonas de exterior de una manera más tranquila y menos veraniega, ¿no crees?
Para ayudarte en esta tarea, aquí tienes algunas recomendaciones muy útiles que te ayudarán a preparar la piscina para la época de invierno y dejarla totalmente protegida. Así, el próximo verano no te costará nada ponerla a punto, ni esfuerzo ni dinero.
Claves para cerrar tu piscina
En junio te costó un triunfo poner a punto la piscina para el verano. Estaba sucia y deteriorada y tuviste que vaciarla y repararla. Si este es tu caso, ya sabrás qué es lo que NO hay que hacer ahora que la temporada de baño está finalizando. Justo lo que hiciste el otoño pasado: nada.
Muy al contrario, si ahora te preocupas de cerrar tu piscina de la manera adecuada, el verano que viene estará perfecta, lista casi para usar. Y no tendrás que gastar tanto tiempo ni dinero en ponerla a punto.
Aquí tienes las claves para conseguirlo. Se trata de unas tareas muy fáciles de hacer, y de buscar un cubrepiscinas adecuado. Si mantienes el agua limpia, no tendrás que cambiarla después.
Limpiar y proteger
Para empezar, baja un poco el nivel del agua dejándola unos 5 o 10 cm por debajo de los chorros de descarga. Si en la zona donde vives hace mucho frío en invierno, puedes dejar flotando un objeto de goma como una pelota o un bidón de plástico. Así, si el agua se congela, el hielo no ejercerá presión sobre las paredes del vaso y no se producirán roturas.
Después tendrás que limpiar los filtros y proteger el motor. Puedes usar un producto específico, lo que se conoce como líquido de invernaje, siguiendo las instrucciones del fabricante. Sirve para evitar que proliferen las algas y hongos en el agua, y pueda mantenerse en perfectas condiciones para el próximo año. Por último, desconecta y limpia la depuradora.
Tratar de conservar el agua de la piscina es algo más que razonable, y no solo para ahorrar dinero, sino también por una cuestión ética de respeto al medioambiente. Los expertos aseguran que el agua de una piscina debidamente tratada y conservada, sea de cloro o de cloración salina, puede aprovecharse durante al menos tres temporadas de baño, ¿qué te parece?
Un buen cobertor de invierno
El siguiente paso en la rutina de cerrar tu piscina consiste en instalar un cobertor o cubrepiscinas específico para el invierno. Existen varios tipos de cobertores, pero los más utilizados son las lonas de poliéster cubiertas con PVC.
Cumplen varias funciones: la primera es la de mantener el agua libre de hojas, ramas, arena, etc. Muchas de ellas son opacas, lo que ayuda a que no se multipliquen los microorganismos. Como, además, protegen el agua de las bajas temperaturas, contribuyen a evitar que se congele. Y también evitan que se evapore en primavera, con el ahorro que esto supone.
Por otra parte, si tienes niños pequeños te interesará saber que los cobertores son, además, un elemento de seguridad infantil. Evitan que los peques puedan caer al agua, lo cual es un alivio para los padres. Eso sí, para que sea seguro es importante que el cobertor quede bien tenso sobre la superficie de la piscina.
Diferentes opciones para elegir
Hay varias opciones entre las que puedes elegir el cobertor que más se adecúe a tu piscina. Hay cubiertas de madera móviles que se abren y cierran deslizándose por unos raíles.
También puedes optar por una cubierta rectráctil, de PVC o policarbonato. También se deslizan por unos raíles laterales, y suelen estar motorizadas. Lo bueno que tiene este tipo de cubrepiscinas es que, al ser más rígidas, se limpian más fácilmente.
Por último, una de las opciones más habituales es poner un cobertor portátil con la forma y el tamaño de la piscina. Para encargarlo tendrás que medir tu piscina, tanto de largo como de ancho (incluidos los bordes). Una vez vayas a colocarlo, has de tener en cuenta que quede bien tenso y anclado. Las piscinas enterradas lo llevan anclado al suelo, mientras que en las elevadas se ancla a la parte exterior del vaso.
Cada cierto tiempo tendrás que comprobar que los tensores funcionan están en buen estado y cambiarlos si han perdido elasticidad.
Y recuerda: cerrar tu piscina de la mejor manera es siempre una buena opción. El próximo verano te alegrarás (y mucho) de haberlo hecho.
Puedes leer la entrada original y completa en de la revista online Decoración 2.0.