Basta con colocar cojines y complementos en tonos malvas y rosados,un camino de mesa con motivos estampados ,plantitas de lavanda por doquier,piezas de loza antiguas y como base mis muebles lacados en blanco...El conjunto es delicado y vivo a la vez,recrea sin lugar a dudas las cocinas de la Provence y cuando me siento a tomarme mi café, imagino estar en uno de esos pueblos del sur de Francia en el que un día me gustaría perderme...
Desde mi provenzana cocina os deseo un martes soñador, en el que dejar volar la imaginación, no tiene precio...
¡Feliz día!