Hoy vengo con un post de celebración. De la Navidad porque es lo que
corresponde por la fecha pero, en realidad, es una celebración de la vida,
un agradecimiento por ella y todo lo que nos ofrece.
No entiendo mucho de vinos y he de decir que el alcohol no suele sentarme
bien por lo que normalmente no lo tomo pero es cierto que una copita en
esos momentos especiales que compartimos con seres queridos es siempre
bienvenida.
He descubierto un espumoso que, además de rico y con una graduación muy
baja (sólo 5º), tiene un embotellado precioso con estampado de rosas.
¡Me puede la estética, que le voy a hacer! ;-)
Se llama Vegaverde y tiene dos variedades, blanco
(la botella lleva un precioso estampado de rosas en
verde y lavanda) y rosado que es el que veis en las
fotografías.
He probado sólo el rosado porque no me atrae mucho el vino blanco pero podéis
ver la botella aquí. Divina también ¿verdad?
Además es producto de mi tierra, La Mancha, de la Bodega García Carrión
situada en Daimiel (Ciudad Real) donde pasé la primera etapa de mi juventud
¡Así todo queda en casa!
Alzo mi copa por la vida, los bellos sentimientos y la gente de buena voluntad,
especialmente vosotros que me acompañáis en este pequeño rincón.
¡Chin chin!