Hoy nos llegamos hasta Goteborg para visitar un loft con buhardilla de 60 metros, impresionante tanto por la luminosidad que impera, como por su caprichosa arquitectura. Las claraboyas que coronan el techo altísimo, las ventanas angulares y el acertado uso del blanco permiten que la luz circule por todo el espacio.
El contraste blanco-negro con algunas pinceladas en verde hierba marcan el singular diseño de este loft, que aprovecha la particular estructura de sus techos y de los elementos arquitectónicos como vigas para crear amplias zonas diferenciadas visualmente.
Para aprovechar toda la luz que entra por la claraboya, parte del suelo de la buhardilla es de vidrio de seguridad que permite ver parte del salón de la planta baja, un solución idónea para ampliar un espacio reducido.
Imágenes de Stadshem