A mí me encanta Rocío porque representa la frescura y la alegría, el color y el brillo. Pero además creo que este estilo súper fresco lo mezcla a la perfección con una enorme dosis de profesionalidad.
Vive en un piso pequeño, que comparte con su novio y dos perros increíblemente mimosos. La decoración es su seña de identidad, aunque poco a poco ha ido transformando un estilo más informal e improvisado con toques de serenidad y mayor austeridad.
Rocío es la reina de los detalles y es también una de las personas que mejor saben manejar los tonos rosas y los colores pastel. Muchos de los complementos que veis aquí son sus propios diseños, como los cojines, o muebles tuneados por ella misma, como la mesa de comedor o la butaca de caña de color turquesa. Sus diseños los vende a través de su tienda, Long Beach, en Dawanda.
A pesar de tratarse de un piso pequeño, el espacio respira y resulta amplio. La zona de salón es la más despejada, así dejan todo el espacio central para los juegos con los perros. En la pared, un enorme tapiz también diseñado por ella, y en venta en su tienda.
La zona del comedor es también zona de ocio y de trabajo, y por eso contiene las librerías con todos los libros, recuerdos y objetos fetiche de Rocío, como los flamencos, las muñecas, las flores, las cámaras y otros mil detalles. El precioso macramé en degradé rosa es de <a href=”Ran Ran Designs“.
La cocina, pequeña, comunica con el comedor a través de una gran abertura a modo de pasaplatos. Es funcional pero Rocío ha sabido imprimirle su estilo, su toque personal.
El dormitorio es un espacio luminoso y fresco, con una base sobre blancos con pinceladas rosas y turquesas. ¿No os parece encantador?
Os recomiendo que sigáis la pista al trabajo de Rocío, si queréis conocer un poco más de su estilo y sus proyectos como decoradora e interiorista, que podéis ver aquí. ¡Os van a encantar!
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