Estas típicas construcciones griegas invitan al relax gracias a la continuidad de los tonos blancos en toda la estructura (incluidas puertas y ventanas) que en esta vivienda se rompe con algunas zonas en turquesa, dándole así una reminiscencia al mar y un toque alegre.
Encontramos este color en el baño, la parte más colorida de la casa, ya que las paredes y la misma bañera están pintadas, además de algunos detalles en oro. Otra estancia con color es la cocina, con unos electrodomésticos Smeg en tonos mint que provocarán la envidia de muchos (yo incluída, como ya os comenté aquí), y la zona de comedor, con muebles de madera reciclada en varios tonos de azul. En el resto de la casa dominan los tonos neutros y los materiales ligeros y naturales para combatir el calor y ayudar a la relajación. Si las estancias de dentro no consiguen ese efecto calmante en vosotros… esperad a ver la terraza!
Vía Decoholic
¿Os gustaría relajaros en esta casa en Grecia?
¿Qué os parece la combinación de blanco y turquesa?
Este artículo es original del blog Decorar Mi Casa